Salíó en el año 81, y hay que reconocer que este disco está adelantado a su tiempo.
Vale que Eno siempre estuvo un paso por delante, pero tal vez todos no lo esperábamos de Byrne.
Adelantado porque aquí se puede ver un crisol de estilos que años después lo vemos como algo natural.
La mezcla de electrónica, música étnica, Funk y también alguna dosis de Ambient, no hace un refrito, sino todo lo contrario, produce un disco que es una pura gozada.
Un trabajo de dos metes inquietas, donde ninguno se solapa.
Los dos parecen saber perfectamente que papel ocupan y le sacan todo su rendimiento.
America Is Waiting suena implacable, con un funk desquiciado.
Mea Culpa es hipnótica y seguro que no le hubiese importado firmarla a los primeros Cabaret Voltaire.
Los ritmos Afro Funk se mueven durante muchos temas como en The Jezebel Spitir.
Las voces cogidas de las emisoras lanzan su mensaje.
No suena experimental, pero en el fondo lo es.
Un disco que el paso de los años no le sienta mal. Creo que reafirma que fue un trabajo que sirvió a muchos para profundizar en lo que Eno y Byrne desarrollaron en estos temas.
Las puertas quedaron abiertas.