Brillante como una cacerola ~ Amélie Nothomb

  

► Título: Brillante como una cacerola
► Título original: Brillant comme une casserole
► Autora: Amélie Nothomb
► Serie: Libro independiente 
► Publicación: Abril 2009
► Editorial: Alfaguara 
► Páginas:  91
► Precio:  13’50 €

Cuatro sorprendentes relatos llenos de humor negro en los que Amélie Nothomb ironiza sobre conceptos básicos de nuestra sociedad, como el culto a la belleza, la comunicación, la violencia y la existencia de Dios, acompañados por las sugerentes ilustraciones de Kikie Crêvecoeur.

«Brillante como una cacerola» es una pequeña colección de cuentos cortos como los de antaño recogidos en un librito que no llega al centenar de páginas. Seguramente lo encontraréis en la sección juvenil de vuestras librerías y bibliotecas, pero no siempre hay que hacer caso de las etiquetas: son cuentos, sí, pero están dirigidos a cualquier lector (sin importar su edad) que pueda apreciar el humor negro y satírico de la autora.

Son cuatro los curiosos cuentos que figuran en esta compilación, parecidos a esas fábulas clásicas que tantas veces hemos escuchado, pero con el toque personal de Nothomb que los hace a cuál más estrambótico y singular.

«Leyenda quizá un poco china» juega con la apariencia de un cuento popular bajo la que se esconde una crítica a la superficialidad, la belleza, la avaricia y la envidia. «El Holandés Ferroviario» es un relato sosegado que recoge la semilla de una leyenda marítima de una forma particular y sorprendente.

«De mejor calidad» nos introduce en el mundo escabroso de un asesino en serie un tanto especial (que me recordó ligeramente a Grenouille, el protagonista de El perfume, obra de Patrick Süskind); un relato atrevido y nada fácil en el que Nothomb sabe cómo arreglárselas. «La existencia de Dios», el cuarto y último relato, se convierte en el más controvertido, impredecible y disparatado; todo un canto a la hipocresía que encontramos en la religión, creo yo.

Hace tiempo que vengo leyendo las alabanzas que lanza buena parte de la blogosfera a esta escritora belga, pero no ha sido hasta hace muy poquito que he probado algo de su repertorio (aunque ganas tenía desde hace mucho). Muchos me dijeron que es una autora un tanto especial: te gusta o no la soportas, no hay término medio. Sonará un tanto radical, pero estoy de acuerdo con esa afirmación. Nothomb es peculiar en su escritura y en lo que cuenta, y no todos gustarán de su picardía y mordacidad.

Amélie Nothomb hace gala de una magnífica prosa, de un agudo sentido de la ironía y de algún que otro truco que se saca de la manga para sorprender al lector (chapó). Hay indicios de esa pluma tan mordaz y afilada que alaban sus lectores, pero es cierto que en éste libro se relaja y nos regala sátiras algo suavizadas (tal vez porque se supone que es juvenil, quién sabe). Pero me ha gustado lo que he visto, y algo me dice que me convertiré en otra de sus fieles lectoras. Dadme tiempo para catar otro de sus títulos.

También quería mencionar las ilustraciones que acompañan esta particular y crítica visión del mundo contemporáneo, obra de Kikie Crêvecoeur: expresivas y sugerentes, las encuentro perfectas para acompañar los relatos de Nothomb.