Revista Deportes
Bronce para Villaécija y Peris, Belmonte, finalista en 200 mariposa por una centésima
Publicado el 14 agosto 2010 por Toni_delgado @ToniDelgadoG
Villaécija, durante la final de los 1500 -Reuters.
Retirada Nina Zhivanevskaya y estancada Mirea Belmonte, Erika Villaécija (Barcelona, 1984) se comporta como la referente de la natación femenina española junto al siempre exitoso equipo de la sincronizada, liderado por Andrea Fuentes durante el embarazo de Gemma Mengual y que ha ganado cuatro platas de los Europeos de Budapest. El bronce fue el botín para Villaécija en 1.500 metros y para la valenciana Merche Peris, a la que en los 50 espalda le separaron dos centésimas de la medalla de plata. Por una se clasificó Belmonte para la final de mañana domingo de los 200 mariposa. España acumula ya nueve medallas.
En posiciones de podio, entre las mejores, nadó siempre Villaécija, que marcó 16:05:08. Un registro, eso sí, inferior a la marca que en 2008 le permitió alcanzar la plata en Eindhoven (16:02.08) y a cinco segundos de su mejor marca de siempre. “No me quería ir sin medalla”, dijo, sonriente y antes de desmentir que vaya a cambiar la larga distancia por las aguas abiertas, donde fue octava en el Mundial de Roberval (Canadá). A Villaécija le fue imposible alcanzar a la irlandesa de 17 años Grainne Murphy (plata con 16:02.29) –“ha nadado bien el 800; a las jóvenes cuando les sale bien un campeonato arrasan en todo lo que se tiran”–. La danesa Lotte Friis, bronce en Pekín en 800 metros, mordió la medalla de oro con 15:59.13. Villaécija reconoció que se dosificó los últimos metros pensando en la prueba que le falta, los 400 libres, en los que aspira, como mínimo, a ser finalista.
Londres 2012
Los Juegos Olímpicos de Londres 2012 son el gran reto de la nadadora barcelonesa, que aspira a conseguir una medalla olímpica con la que poner fin a una carrera más que notable. Son su cita prohibida y la cuenta pendiente, especialmente por el recuerdo que guarda Villaécija de los de Pekín, donde cogió un resfriado y la fiebre no se hizo esperar. Una 12ª posición en 800 y la 18ª en 400 hicieron que se replantease la vida personal y profesional, pero superó el bache para lograr la plata en los Europeos en piscina corta de Estambul, en 2009.
Cuenta Villaécija que toca algo la guitarra y el piano, pero sólo piezas sencillas y alguna canción que esté de moda. En pleno boom de Operación Triunfo se llegó a plantear presentarse al concurso, pero al final no lo hizo y su voz y estilo –le encanta El Canto del Loco– son de momento bastante anónimos. Se muere por los espaguetis y no tiene ídolos, pero sí amuletos. En los Juegos de Atenas se encontró una moneda de un euro el primer día de entrenamientos y la llevó consigo durante toda la competición (fue quinta en los 800 libres, sexta en el 4x200 y 18ª en los 400 libres). Su actriz favorita es Julia Roberts y lo que más admira en una persona es el cariño que reparte. Como tantos otros deportistas, empezó en el mundo de la natación por casualidad: su madre tenía problemas de espaldas y ella le acompañaba. Con seis años aprendió a nadar y tiempo después le concedieron una beca para competir en Horta.
El futuro profesional
Rafa Muñoz, oro en estos Europeos en los 50 espalda, quiere que los psicólogos viajen con la delegación. Si el deseo del nadador cordobés se cumple podría reencontrarse con Villaécija, pero no como compañera en la piscina, pues ésta no descarta dedicarse a la psicología deportiva. Su primera opción era estudiar fisioterapia, pero la imposibilidad de asistir a las clases prácticas –tan fundamentales en esta disciplina– le hicieron, por el momento, desistir.
Villaécija es de la generación del 84, mientras que Merche Peris es de la del 85. Poco se parecen sus carreras, pues la valenciana estaba acostumbrada a navegar entre los puestos cercanos a las medallas, pero sin alcanzarlas. “Ya me puedo retirar tranquila”, se sinceró Peris, que por segundo día consecutivo logró el récord de España en los 50 espalda con 28.01, tres centésimas mejor que el que había conseguido en las semifinales y sólo dos peor que la plata, que fue para la alemana Daniela Samulski. La bielorrusa Aliaksandra Herasimenia se coronó con 27.64. Peris ya había advertido que se encontraba en forma en la previa: “No me gusta hablar de las medallas, pero claro que me gustaría. La veo más cerca que nunca. No quiero perder esta oportunidad”.
También se atrevió a hacer pronósticos Mireia Belmonte, clasificada para la final de los 200 mariposa con el peor registro: “Por la calle 8 no voy a estar muy vigilada por las calles centrales y a veces surge la sorpresa”. Tras ser una de las grandes sensaciones en 2008, tanto en Eindhoven como en Manchester, Belmonte ha frenado su progresión. También se espera mucho de Patricia Castro, sexta en la final de los 200 libres. Una prueba dominada por una de las estrellas de este siglo, Federica Pellegrini.
Retirada Nina Zhivanevskaya y estancada Mirea Belmonte, Erika Villaécija (Barcelona, 1984) se comporta como la referente de la natación femenina española junto al siempre exitoso equipo de la sincronizada, liderado por Andrea Fuentes durante el embarazo de Gemma Mengual y que ha ganado cuatro platas de los Europeos de Budapest. El bronce fue el botín para Villaécija en 1.500 metros y para la valenciana Merche Peris, a la que en los 50 espalda le separaron dos centésimas de la medalla de plata. Por una se clasificó Belmonte para la final de mañana domingo de los 200 mariposa. España acumula ya nueve medallas.
En posiciones de podio, entre las mejores, nadó siempre Villaécija, que marcó 16:05:08. Un registro, eso sí, inferior a la marca que en 2008 le permitió alcanzar la plata en Eindhoven (16:02.08) y a cinco segundos de su mejor marca de siempre. “No me quería ir sin medalla”, dijo, sonriente y antes de desmentir que vaya a cambiar la larga distancia por las aguas abiertas, donde fue octava en el Mundial de Roberval (Canadá). A Villaécija le fue imposible alcanzar a la irlandesa de 17 años Grainne Murphy (plata con 16:02.29) –“ha nadado bien el 800; a las jóvenes cuando les sale bien un campeonato arrasan en todo lo que se tiran”–. La danesa Lotte Friis, bronce en Pekín en 800 metros, mordió la medalla de oro con 15:59.13. Villaécija reconoció que se dosificó los últimos metros pensando en la prueba que le falta, los 400 libres, en los que aspira, como mínimo, a ser finalista.
Londres 2012
Los Juegos Olímpicos de Londres 2012 son el gran reto de la nadadora barcelonesa, que aspira a conseguir una medalla olímpica con la que poner fin a una carrera más que notable. Son su cita prohibida y la cuenta pendiente, especialmente por el recuerdo que guarda Villaécija de los de Pekín, donde cogió un resfriado y la fiebre no se hizo esperar. Una 12ª posición en 800 y la 18ª en 400 hicieron que se replantease la vida personal y profesional, pero superó el bache para lograr la plata en los Europeos en piscina corta de Estambul, en 2009.
Cuenta Villaécija que toca algo la guitarra y el piano, pero sólo piezas sencillas y alguna canción que esté de moda. En pleno boom de Operación Triunfo se llegó a plantear presentarse al concurso, pero al final no lo hizo y su voz y estilo –le encanta El Canto del Loco– son de momento bastante anónimos. Se muere por los espaguetis y no tiene ídolos, pero sí amuletos. En los Juegos de Atenas se encontró una moneda de un euro el primer día de entrenamientos y la llevó consigo durante toda la competición (fue quinta en los 800 libres, sexta en el 4x200 y 18ª en los 400 libres). Su actriz favorita es Julia Roberts y lo que más admira en una persona es el cariño que reparte. Como tantos otros deportistas, empezó en el mundo de la natación por casualidad: su madre tenía problemas de espaldas y ella le acompañaba. Con seis años aprendió a nadar y tiempo después le concedieron una beca para competir en Horta.
El futuro profesional
Rafa Muñoz, oro en estos Europeos en los 50 espalda, quiere que los psicólogos viajen con la delegación. Si el deseo del nadador cordobés se cumple podría reencontrarse con Villaécija, pero no como compañera en la piscina, pues ésta no descarta dedicarse a la psicología deportiva. Su primera opción era estudiar fisioterapia, pero la imposibilidad de asistir a las clases prácticas –tan fundamentales en esta disciplina– le hicieron, por el momento, desistir.
Villaécija es de la generación del 84, mientras que Merche Peris es de la del 85. Poco se parecen sus carreras, pues la valenciana estaba acostumbrada a navegar entre los puestos cercanos a las medallas, pero sin alcanzarlas. “Ya me puedo retirar tranquila”, se sinceró Peris, que por segundo día consecutivo logró el récord de España en los 50 espalda con 28.01, tres centésimas mejor que el que había conseguido en las semifinales y sólo dos peor que la plata, que fue para la alemana Daniela Samulski. La bielorrusa Aliaksandra Herasimenia se coronó con 27.64. Peris ya había advertido que se encontraba en forma en la previa: “No me gusta hablar de las medallas, pero claro que me gustaría. La veo más cerca que nunca. No quiero perder esta oportunidad”.
También se atrevió a hacer pronósticos Mireia Belmonte, clasificada para la final de los 200 mariposa con el peor registro: “Por la calle 8 no voy a estar muy vigilada por las calles centrales y a veces surge la sorpresa”. Tras ser una de las grandes sensaciones en 2008, tanto en Eindhoven como en Manchester, Belmonte ha frenado su progresión. También se espera mucho de Patricia Castro, sexta en la final de los 200 libres. Una prueba dominada por una de las estrellas de este siglo, Federica Pellegrini.
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