Revista Viajes

Brujas en 48 horas

Por Martineznotte Alejandro Martínez Notte @martineznotte

El centro gótico de Brujas, en Bélgica, propone atracciones increíbles. Siempre es bueno mencionar el museo Hans Memling, junto a la Iglesia de San Juan, donde también es posible visitar una antigua farmacia, o botica, con frascos de antiguas medicinas y toda su estética de hace siglos.

También cerca de allí, el templo gótico de Notre Dame (Nuestra Señora) resulta singular, no sólo por su arquitectura, sino porque allí se conserva la única obra de Miguel Ángel fuera de Italia: se trata de la escultura de la Madonna de Brujas, realizada por el gran artista en 1504. Retrata a la Virgen María sentada, como reflexiva, y con el niño Jesús en su regazo.

Ahora bien. Es habitual que, cuando el viajero recorre una ciudad tan apasionante como Brujas, intentando conocerla en 48 horas, quede exhausto luego de caminar tanto. Por eso, si se trata de hacer un alto en la huella, es bueno parar en el restaurante De Republiek. Allí hay una terraza abierta donde es posible degustar comida tradicional belga con toques de cocina de autor y acompañada de una buena cerveza belga artesanal.

Para después del almuerzo, vale la pena permitirse contemplar la tarde y la caída del sol en los techos verdes, a dos aguas, de esta ciudad inmejorable. Sus plazas, con obras de arte y monumentos como el del pintor flamenco Van Eyck, son un deleite. Parecen sacadas, oh casualidad, de algún cuadro pintoresquista.

Luego de descansar, la propuesta de Teleaire es conocer los famosos canales de Brujas. Si bien hay muchos muelles desde los cuales es posible partir en las hermosas embarcaciones similares a las de Venecia, uno para recomendar es el Muelle del Rosario. Desde allí, se recomienda llegar al Puente de San Bonifacio, para pasar por debajo, y acceder al parque Minnewater, para navegar rodeados de cisnes.

Otra de las visitas obligadas en este recorrido es el Museo Groeninge, que exhibe trabajos de los máximos referentes en pintura flamenca y, por supuesto, alberga las mejores obras de Jan Van Eyck.

El recorrido de este segundo día finaliza al sur de la ciudad, precisamente en el Beaterio de Brujas. Se trata de un recinto creado para que las mujeres huérfanas, o viudas tras las cruzadas, tuvieran un hogar digno. Las beaterías se dedicaban a la oración y al cuidado de enfermos, pero no pertenecían a ninguna orden religiosa. Actualmente se alojan monjas benedictinas.

Situado en el centro histórico de la ciudad, data de 1245. La clave para entender este Patrimonio de la Humanidad, es indagar sobre las Beguinas: eran asociaciones de mujeres cristianas que se dedicaban a la caridad. Tenían una vida contemplativa, alejada de las urgencias y la premura del mundo económico.

En el Beaterio de Brujas, es factible percibir y contagiarse del silencio y la paz de quienes dedicaron su vida a fortalecer el espíritu, reflexionar sobre lo esencial, y servir a los demás. Qué mejor que llevarse esta última postal, de regreso.


Martínez Notte recorre, en el video a continuación, un derrotero de dos días, que lo lleva a descubrir las maravillas de esta ciudad que conserva intacta su herencia medieval, pero no pierde vigencia. ¡A disfrutar!



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