A tan sólo una hora de Bruselas en tren, más de 3 millones de viajeros visitan cada año las empedradas calles de Brujas, convirtiéndola en la ciudad más visitada de Bélgica (incluso por delante de la capital) y una de las ciudades medievales mejor conservadas del mundo. Es, además, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde el año 2000.
En palabras de Pieter Aspe (os recuerdo mi recomendación, , la novela que daba pie al presente post): "Brujas es un entorno magnífico para escribir un thriller. No me interesan las historias que ocurren en lugares que nadie conoce. La gente se acuerda del crimen pero también del lugar".
Hasta el siglo XV, Brujas fue una de las ciudades más prósperas del continente europeo gracias a su red de canales. Por ese motivo, y por los numerosos puentes que los cruzan (puente en flamenco es Brugge, lo que dió origen a su nombre), ha sido comparada con la capital del Véneto, rebautizándose con el apodo de la "Venecia del norte".
De la original hablaré con toda seguridad en algún merecido post sobre lugares mágicos a los que viajar, pero volvamos a la también preciosa Brujas: sus callejuelas empedradas, estrechas, por las que se entrecruzan los idílicos canales, los más de cincuenta puentes que enlazan ambas orillas, su trazado medieval, sus bellas iglesias, las casonas, plazas arboladas y sus cuidados parques, hacen que sea uno de los lugares con más encanto que he visitado. Se respira Edad Media en cada rincón.
Aunque Brujas es una ciudad pequeña y es difícil perderos alguno de los monumentos, enumero los imprescindibles:
Plaza Mayor: También llamada Markt, esta plaza es el centro neurálgico de Brujas. En el centro se alza el monumento a "La Batalla de las Espuelas de Oro". Conserva aún su aspecto original, flanqueada por casas gremiales con hastiales escalonados (tejados a dos aguas) y sus fachadas de alegres colores. En la parte sur, se encuentra los antiguos mercados del siglo XIII, aún en funcionamiento (los sábados)
Belfort: Se encuentra en la plaza anterior y es el edificio más emblemático de Brujas. Hace un par de años fue protagonista de Escondidos en Brujas, la película de Martin McDonagh protagonizada por Colin Farell, pero ya lo había sido antes de la novela de Aspe.Vale la pena subir sus 366 peldaños con el libro en la mano, adentrándose por unos momentos en la cámara secreta que guardaba los tesoros de la ciudad para luego disfrutar de una de las mejores panorámicas de conjunto de Brujas desde el remate octogonal que le fue añadido a finales del S.XV. Eso sí escuchando la música celestial que producen las 47 campanas de su carrillón. Desde la parte más alta, a 83 metros de altura, se obtienen las mejores vistas de la ciudad:
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Burg: Segunda plaza más importante de la ciudad. Compite con la anterior en ser la más bella de Brujas y donde podéis encontrar los cafés, chocolaterías, cervecerías, restaurantes y tiendas de souvenirs.
Stadhuis: El edificio más característico del Burg es sin duda el Ayuntamiento, que esconde en su interior la Sala Gótica, cubierta por una impresionante bóveda en madera policromada y un número de pinturas murales. Su fachada data de finales del siglo XIV.
Onze Lieve Vrouwekerk: La Iglesia de Nuestra Señora es la iglesia más famosa de Brujas y su torre de 122 metros es la más alta de Bélgica. En su interior pude admirar obras de Van Eyck, El Bosco, van der Goes y la escultura de mármol blanco "La Madonna con el niño", obra de Miguel Ángel. Si os gustan los museos hay dos que merece la pena destacar: el Museo Gruuthuse, una mansión medieval que hace retroceder 5 siglos, y el Museo Groening, el museo de arte más importante de Brujas.De todos modos merece la pena simplemente perderse en su casco antiguo, donde nos acompañarán un sinfín de casas de ladrillo y piedra que parecen salidas de un cuadro flamenco. Para ello, sólo hay que seguir la trama de Las culpas de Midas recorriendo en zigzag y siempre a pie su casco antiguo, tal como lo hacen Van In y sus ayudantes Guido Versavel y la substituta del fiscal Hannelore Maartens. Con el inspector y sus compañeros podemos husmear también en esas tierras fronterizas entre la Edad Media y el S.XXI donde se encuentran los Juzgados, el Hospital y otros escenarios clave en la trama de la novela para terminar en la Iglesia de Nuestra Señora, donde nunca se sabrá si la estatua de Miguel Ángel que alberga es la original o una copia perfecta realizada durante alguna de sus desapariciones, ya sea durante la Revolución Francesa o durante la ocupación alemana en la Segunda Guerra Mundial.
Si tenéis tiempo suficiente, no descartéis dar un paseo en barco por los canales.
Por último, os dejo una galería de imágenes para que sirvan de aperitivo y os animéis a acercaros a Flandes y su conocida Venecia belga:
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