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Las brujas y brujos fueron perseguidos durante toda la Edad Media y parte de la Edad Moderna, pero ¿por qué la iglesia inicia su persecución? La iglesia, el gran poder en la Edad Media, se basa en la biblia y en su miedo a perder el control y su posición de prestigio en una sociedad con un marcado carácter machista en la que la mujer estaba sometida al hombre en todos los campos (social, político, económico…). Por ello podemos definir como bruja a toda mujer que no seguía las normas de la sociedad patriarcal
Brujas y sociedad
¿Qué es una bruja? No hay una definición exacta y únicamente se hace referencia a su comportamiento peligroso para la sociedad. En el libro “Malleus maleficarum” de 1485 y que será manual de la Inquisición se las define como personas que comen niños, que pueden provocar tormentas para asolar las cosechas, causar abortos, provocar infertilidad… es decir, todo lo que la ciencia del momento no podía entender y de lo que la gente podría culpar a Dios es por eso que para mantener la posición de prestigio y no entrar en debates era necesario encontrar un chivo expiatorio.
Las acusaciones de brujerías afectaron a hombres, mujeres, niños y animales (en 1566 Elizabeth Francis fue acusada de brujería, quemada junto a su gato al que se le acusaba de conseguirle parejas a su ama y de conseguir que sus cosechas fueran abundantes y se incrementaran sus rebaños de ovejas).
La iglesia siempre considero a las mujeres más débiles frente al diablo, acusándolas el concilio de Toledo de 1324 como livianas y corrompidas, no podemos olvidar lo fácil que cede Eva a la tentación del mal en el Genesis, el corte de pelo de Sansón…
En los primeros libros de la Biblia se defiende la persecución de las brujas y adivinos. En el éxodo encontramos “A la hechicera no dejaras con vida”, en el Levítico: “el hombre o la mujer en que haya espíritu de nigromante o adivino, morirá sin remedio: lo lapidaran”
Dentro de la iglesia habra voces contrarias a la persecución de las brujas defendiendo que el trabajo de los sacerdotes es enseñar que las ideas relativas a los aquelarres y todo lo que sucede en ellos son ideas falsas creadas por el demonio. Estas ideas son defendidas por Regino de Prum en el 906 en la obra “De ecclesiasticis disciplinis” al igual que San Jerónimo.
La persecución de brujas y hechiceros no es una característica exclusiva del cristianismo si no que ya encontramos leyes contra ellos en el código de Hammurabbi y en Europa se inicia su persecución durante el imperio romano con la condena a muerte como pena, disminuyendo la iglesia la dureza de la pena en el concilio de Elvira del 306 en el que únicamente se les impide la comunión y en el concilio de Ancyra del 314 se imponen cinco años de penitencia por consultar adivinos.
Hasta el siglo XIII el poder civil es el encargado de la persecución de las brujas apareciendo escritos por parte de la iglesia para prohibir las persecuciones como son las prohibiciones contra su tortura por parte del Papa Nicolas I (siglo IX), también los escritos de San Agobardo, arzobispo de Lyon en el siglo IX que ataca la supercherías sobre el clima cuando escribe “Contra insulsam vulgui opinionem de grandine et tronitus” o cuando el Papa Gregorio VII en el siglo XI escribe al rey Harold de Dinamarca para que prohíba la condena a muerte de las brujas.
En el siglo XIII la situación da un vuelco y mediante la bula del Papa Lucio III “Ad abolendam” en 1181 se crea la inquisición para perseguir la herejía catara y moralizar la conducta de la mujer iniciándose la persecución de la hechicería y aunque el Papa Alejandro VI en 1258 exhorto solo a la persecución de la herejía, fue muy difícil separar herejía de brujería iniciándose su persecución a gran escala, produciéndose en 1275 la primera condena a muerte de una mujer acusada de brujería por Hugues de Baniol en Toulouse.
En el siglo XIV durante los papados de Juan XXII y Benedicto XII potenciaron la persecución de las brujas incrementándose las persecuciones con la bula (Summis desiderantes affectibus) del Papa Inocencio VIII a finales del siglo XV en el que se ratifica el poder de los inquisidores para perseguir los crímenes de brujería y heretismo.
Las persecuciones continuaron hasta el siglo XVII cuando el Papa Gregorio XV recomendó un estudio más clemente de los casos de brujería y en 1657 se amonesta a la inquisición por la crueldad en las persecuciones.
Si la primera víctima fue una mujer condenada por brujería, la última también lo será con la ejecución de una niña en Suiza en 1783, ya que no podemos obviar que la persecución de las brujas no será algo exclusivo de la iglesia católica, si no que las iglesias surgidas tras la reforma protestante en el siglo XVI también llevaran a cabo numerosas ejecuciones.
La creencia en las brujas y sus poderes no es algo característico de Europa si no que lo encontramos en Asia y África con las mismas connotaciones y poderes que en Europa; posibilidad de volar, alimentarse del espíritu de otros, provocar enfermedades, engañar a los hombres o curar enfermedades gracias a la ayuda del demonio, ya que existía la creencia que la enfermedades eran enviadas por Dios para castigar pecados, no podemos olvidar las procesiones durante la epidemia de peste de mediados del siglo XIV.
A modo de conclusión podemos afirmar que la persecución de las brujas se dio en todo el mundo por razones muy similares acallar la presencia de la mujer en la sociedad que rompía con las normas establecidas y que podía suponer un menoscabo del poder momento y aunque la iglesia, garante de la moralidad y del orden, la persiguió con dureza desde su interior algunos de los líderes y pensadores lanzaron consignas para disminuir la dureza de las persecuciones y los castigos.
Autor: Juan Jesús Llodrá González para revistadehistoria.es
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Bibliografía
https://historiaybiografias.com/brujas/
http://es.catholic.net/op/articulos/2849/brujera.html#modal
https://recreacionhistoria.com/mujeres-brujas-e-inquisicion-en-la-edad-media/
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/caza-brujas-europa_7761
https://es.aleteia.org/2019/05/21/la-verdad-historica-detras-de-la-caza-de-brujas/
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