Título: Brujerías
Autor: Terry Pratchett
Editorial: Altaya
Año de publicación: 1988
Páginas: 324
ISBN: 9788448722937
Después
de leer El umbral de la eternidad
necesitaba una lectura más ligera, divertida y corta. Mi marido
llevaba días diciéndome que iba a ir a la biblioteca a por más
entregas del Mundodisco
de Terry Pratchett,
una serie de la que los dos somos fans gracias a Fran, un amigo que
nos la recomendó. Leí El color de la magia
hace ya casi tres años, y me gustó tanto que le siguieron La luz fantástica, Rechicero,
Mort y Ritos iguales. Pero entre una
cosa y otra llevaba ya dos años sin leer nada de este autor, así
que era un buen momento para retomar esta saga de fantasía.
Esta
sexta entrega del Mundodisco nos lleva nuevamente a las Montañas del
Carnero, lugar de origen de la mayoría de las brujas y los magos.
Precisamente las protagonistas de esta historia son tres brujas que
viven allí. Yaya Ceravieja, a quien ya conocemos de Ritos
iguales, Tata Ogg y
Magrat Ajostiernos.
Yaya
es tradicional, por lo general está enfadada con el resto del mundo
y, sobre todo, nunca está de acuerdo con nada, siempre se opone a
todo y pone mil y una objeciones. Es cabezota y orgullosa y más
partidaria de la cabezología que de la magia.
Por
su parte, Tata Ogg es una auténtica matriarca que vive rodeada por
sus muchos hijos, nueras y nietos. Su casa siempre está abierta,
cualquiera es bienvenido y para ella su familia es lo más
importante, incluido Mandón, su gato. Es la matrona por excelencia
de las Montañas del Carnero.
Y
en medio de las dos está Magrat Ajostiernos, mucho más joven e
inexperta. Está obsesionada con seguir al pie de la letra las
enseñanzas, los conjuros, los hechizos, para la brujería es de lo
más cuadriculada. Todo lo contrario que sus dos compañeras, mucho
más pragmáticas y menos convencionales y estrictas a la hora de
hacer magia. Con cualquier cosa se apañan, lo que desconcierta y
sorprende a la novata e ingenua Magrat, tan idealista y hippie.
Es
imposible no cogerles cariño a estas tres brujas. Son irónicas,
cínicas, irreverentes y políticamente incorrectas. No tienen pelos
en la lengua y dicen lo que piensan. Su tranquila y apacible vida de
aquelarres en los que toman té con pastas cambia por culpa del duque
Felmet y su esposa la duquesa, un matrimonio insulso, con pocas
luces, que ha asesinado a Verence, el rey de Lancre, y ha usurpado el
trono y el castillo del pequeño reino. Por si fuera poco,
obsesionados con la riqueza, pretenden que todas las brujas paguen
impuestos, algo a lo que no están dispuestas.
Aunque
no suele ser lo habitual que las brujas se entrometan en asuntos de
política, esta vez Tata, Yaya y Magrat hacen una excepción y trazan
un caótico y alocado plan para desenmascarar y derrotar a los
duques.
Pero
no estarán solas. Les acompaña el fantasma de Verence, el rey
asesinado, un bufón que no quiere serlo y una compañía de teatro
itinerante. Así, mezclando la realidad con la ficción de las
representaciones, las tres brujas utilizarán sus poderes y su magia
para intentar que el reino de Lancre vuelva a la normalidad y, de
paso, para no tener que rascarse el bolsillo.
Brujerías
es el particular homenaje de Terry Pratchett a Shakespeare. Teatro,
regicidios, traiciones, fantasmas, bufones, herederos y, cómo no,
unas brujas entrometidas que son incapaces de quedarse de brazos
cruzados.
Con
el inconfundible estilo de Pratchett, lleno de ironía, cinismo,
humor y verdades como puños, esta obra que nos arranca muchas
carcajadas también nos hace reflexionar sobre la manipulación de la
opinión pública.
Una
novela que sin duda os recomiendo si queréis reíros, pasar un rato
muy agradable, pensar sobre el poder o la corrupción y comprobar de
qué son capaces unas brujas cuando les tocan sus verrugosas narices.
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