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Algunas se abren por primera vez para comenzar una nueva vida cargada de ilusión; ese momento en que coges las llaves y lo abres y todo huele a nuevo, a recién pintado, a ganas por estrenar.Otras, se cerraron para siempre, dejando tras de sí todo aquello que no se puede llevar en una maleta: amores, llantos, infancia, recuerdos, navidades, cumpleaños, felicidades y tristezas... todo lo que se dejó atrás.
Algunas puertas cerraron para siempre... Fuente
Y otras, por supuesto, siguen guardando tras de sí historias nuevas todos los días, guardan la cotidianeidad, el día a día de quien habita tras ellas, la llegada del trabajo o del colegio, la salida a hacer la compra, la visita de familiares y amigos...
Las puertas viejas de madera son mis favoritas; recogen como ninguna otra lo simple, lo tradicional, lo artesanal, y sobretodo, el paso del tiempo: agrietadas, con la pintura desconchada, con remiendos con otros trozos de madera, y algunas hasta desencajadas del hueco que tienen que ocupar. Invitan a imaginarse qué vidas transcurrieron tras de ellas, cómo serían los habitantes que una y otra vez cruzaban ese umbral y, llegado el caso, por qué quedó abandonado.
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Por nada del mundo quería perderme otro Blogger Traveller, así que yo igualmente he tenido que tirar de la web porque ando muy ocupada útimamente, pero en mente tengo hacer una superselección de fotos de todo el municipio; en cuanto busque un rato salgo a fotografiar, porque hay un montón de puertas interesantes que no aparecen en internet.Las hay de madera... y también de cristal Fuentes: aquí y aquí
Recuerda que puedes ver más puertas alrededor del mundo en este enlace