Fer, ¿Nos vamos a Bucarest?
Estábamos Vero y Yo en casa tranquilamente, no recuerdo bien que estábamos haciendo, me parece que estábamos cada uno en un ordenador liados, ella navegando por internet mientras yo estaba clasificando y editando fotos, y en un momento me dice: "¿Fer, nos vamos a Bucarest el fin de semana del 14 de Febrero?", había encontrado una de esas ofertas de vuelos que no se pueden rechazar en skypicker por 64 € por cabeza, esta vez a Rumanía. Vero de vez en cuando me sorprende con estos chollos que encuentra (no sé como lo hace, lo prometo) y la verdad que yo no sé decir que no a estas escapadas así que nos animamos y empezamos a planificar nuestra escapada a Rumanía.
Llegábamos a Bucarest sobre las nueve de la noche y sabíamos que queríamos aprovechar al máximo el tiempo disponible porque sólo teníamos la tarde del Viernes, el Sábado completo y la mañana y algo de la tarde del Domingo para poder hacer cosas y eso que tuvimos suerte porque el vuelo salía a las nueve de la noche del Domingo. Llegábamos un poco tarde a Madrid, sobre las 12:00 de la noche, pero estaba bien.
Y buscando y buscando dimos con Dana y Mary Tours
Cuando empezamos a buscar información acerca de Rumanía, teníamos claro que es lo que queríamos ver, Bucarest, por supuesto, y el castillo de Drácula en Bran, Transilvania. La forma de buscar información, pues la de casi siempre, internet. Y navegando llegamos a la web de Mary Tour. Nos pusimos a navegar por su web y encontramos una excursión que aunque no era exactamente lo que habíamos pensado en un principio, sí lo incluía y además nos ofrecía la posibilidad de conocer otro castillo más, es la excursión que ellos llaman Dos Castillos en un día.
Esta vez no estábamos en plan "nosotros nos lo guisamos y nosotros nos lo comemos", sino más bien en plan "que nos lleven, nos lo cuenten y nos lo expliquen", imagino que también porque no tenemos ni idea del idioma y aunque hablamos inglés preferíamos contar con la experiencia de un guía. Así que solicitamos información y la cosa nos convenció lo suficiente como para tomar la decisión de hacer este viaje apoyándonos en Mary Tour, y sobretodo en Dana, que fue nuestra guía, luego nos dimos cuenta del gran acierto que esto supuso. Se encargaron de todo y nuestra única preocupación era el siguiente sitio que conocer.
El alojamiento en Bucarest cerca del centro a ser posible
La siguiente decisión a tomar fue en qué hotel alojarnos. Nosotros decidimos alojarnos en el Hotel Armonia. Está muy bien ubicado, cerca del centro, a menos de 10 minutos caminando del casco viejo de Bucarest y relativamente económico, 45 € la noche la habitación doble. Es un hotel limpio y el personal es servicial, se ve que es antiguo pero está cuidado. La zona no fue muy buena en el pasado pero por lo que vimos nosotros no hay nada de que preocuparse. Volvimos caminando por la noche desde el centro y no tuvimos sensación de inseguridad en ningún momento.
Cogimos el avión sin retrasos, y sin tener que habernos preocupado de nada, ni siquiera de las tarjetas de embarque porque skypicker te las manda por e-mail. Llegamos a Bucarest, dejamos las cosas en el hotel y nos dispusimos para ir al centro a cenar el restaurante más famoso de Bucarest, se llama "Caru cu bere", que significa "El carro de cerveza" según pudimos enterarnos después.
Caru Cu Bere, la cervecería más antigua y famosa
Aunque habíamos buscado información y teníamos claro que queríamos ir a este restaurante, hablamos con Dana y nos ayudó a hacer la reserva en el restaurante, y además nos ayudó también para saber qué teníamos que pedir y que no. Nos pusimos hasta las orejas de comer la verdad, pedimos lo más típico de allí que es el Ciolan (Codillo) que viene acompañado con Polenta y con una especie de Chucrut, pedimos Mititei que son como unas salchichas pero sin la tripa que las envuelve y Bulete de Cascaval que son bolitas de queso fritas, de postre Papanosi que son como unos buñuelos gigantes rellenos, estaba todo delicioso.
Pero lo que más te llama la atención de este restaurante es el interior, la decoración y la antigüedad del local. Es un restaurante que lleva funcionando desde el año 1879 y es el más antiguo de la ciudad. Cuando entras en el restaurante te da la sensación de haberte trasladado 100 años en el pasado a una especie de monasterio o iglesia. Está muy cuidado y es enorme. La atención es muy buena, tiene muchísimos camareros, yo no sé, pero por lo menos son 50 ó 60 así que te atienden rápido y bien. La mayoría hablan inglés y bastantes también hablaban español.
El Casco histórico de Bucarest de noche.
Después de cenar nos dimos un paseo por el casco histórico. Es la zona de marcha de Bucarest, o al menos una de ellas. Tienes locales de todo tipo, desde locales de marcha y de música alta, hasta algunos locales más tranquilos. También vimos bastantes locales de strip-tease y de "masajes". No teníamos cuerpo para mucha fiesta porque el día había sido un poco paliza así que después de pasear un rato nos fuimos de vuelta al hotel porque el día siguiente iba a ser intenso.
La Ruta del Sábado por Valaquia y Transilvania
La ruta que tiene diseñada Dana de Mary Tour para ver los dos castillos en un día consiste en lo siguiente: salir de Bucarest pronto, sobre las 08:30 y dirigirse hacia Sinaia. En Sinaia se visita el Castillo de Peles y el Monasterio de Sinaia del siglo XVII que tiene dos iglesias ortodoxas, una mas grande y otra pequeña. De Sinaia nos dirigimos a Bran, entrando en Transilvania y cruzando los Cárpatos para ver el Castillo de Drácula.
Atravesando las montañas pasamos por la estación de esquí Poiana Brasov donde paramos a comer en Sura Dacilor y tenemos la oportunidad de comer oso estofado, jabalí y ciervo. Continuamos camino hacia Brasov que es la segunda o tercera ciudad más importante de Rumanía y de Transilvania, allí visitamos la ciudad. ¿Pero no te pensarás que es así como te lo voy a contar?. No, no, esto es sólo un resumen.
Bucarest - Sinaia
Salimos de Bucarest en dirección a Ploiesti. En el camino nos encontramos refinerías de petróleo enormes porque Rumania es todavía productor de petróleo. Ploiesti no tiene nada especial y pasamos de largo. Cuando pasas Ploiesti, ya empiezas a ver los Cárpatos en el horizonte. Merece la pena hacer una parada en la gasolinera E-Tu, que es la única que está decente y además tiene unas tartas espectaculares. Cuando estás llegando a Sinaia empiezas a ver las casas típicas de los Cárpatos, casas de montaña.
En Sinaia puedes ver el Casino y el Hotel Palace que se construyó por el atractivo turístico del Casino. El Casino se construyó por iniciativa del rey Carol I al igual que el Castillo. Los pasamos un poco de largo porque andábamos cortos de tiempo y no era el objetivo de la excursión.
El Castillo de Peles y el Monasterio de Sinaia
No te voy a contar con pelos y señales todo lo que vimos en el Castillo, porque eso es para un artículo completo. Pero sí te puedo decir que de verdad merece la pena la visita, sobretodo porque te puedes hacer una idea muy clara de cómo vivían los miembros de la realeza en aquel entonces, que no queda tampoco tan lejos de nuestra realidad, unos 100 años. El castillo es una muestra de ostentosidad la verdad y tengo que decirte que es precioso.
Tuvimos la oportunidad de hacer la visita mientras Dana nos explicaba en su castellano casi perfecto cada una de las habitaciones y estancias del castillo que visitamos. Lógicamente visitas una pequeña parte. Pero nos llamó la atención el teatro que hay en el castillo de más de 60 plazas y decorado por Gustav Klint en sus inicios y también el vestíbulo principal o el comedor con su interminable mesa. Una cosa que nos gustó mucho es que no estaba masificado en absoluto y además nos obligaron a ponernos unos mocasines de plástico que cubren los zapatos para no dañar el suelo y las alfombras.
Este castillo además estaba lleno de modernidades para su tiempo. Tenía por ejemplo calefacción central por aire y un sistema de aire acondicionado para los días de calor que en su tiempo era casi impensable. Tenía un sistema de aspiración de aire para la limpieza también centralizado y ascensores. Cada sala estaba decorada con una temática y con el máximo lujo.
Salimos del castillo de peles y muy cerca tienes el monasterio de Sinaia. En Rumanía la mayoría es de religión cristiana ortodoxa. Las iglesias ortodoxas son bastante diferentes a las nuestras, pero a mí me parece muy interesante visitarlas. Te llama la atención que no hay esculturas de ningún tipo y están completamente pintadas con colores rojos o rojizos. Cuando entras nunca ves el altar, está escondido en la parte trasera de la iglesia por un muro en el que están las figuras importantes representadas en lienzos y con varias puertas de acceso que sólo se abren cuando hay misa. Siempre hay gente rezando y me llamó la atención que hacen la señal de la cruz al revés que los católicos.
Fuera del monasterio siempre hay un lugar donde pueden encender velas para dedicarlas a un vivo o a un muerto. Siempre hay una zona para los vivos y otra para los muertos. Alrededor de la iglesia se encuentran las habitaciones de los monjes, no pudimos ver ninguna por dentro en ese momento.
Bran y el Castillo de Drácula
De Sinaia continuamos hacia Bran atravesando los Cárpatos en el camino. Como puedes ver, el tiempo que nos hizo acompaña totalmente con lo tétrico de la historia. En Bran se encuentra el castillo en el que se supone que se inspiró Bram Stoker cuando escribió su novela de Drácula. Según Bram Stoker el Castillo se encontraba en los Cárpatos y en el que habitaba Vlad Draculea que es como era conocido Vlad Tepes "El Empalador" por su especial predilección por este tipo de castigo para con sus enemigos.
A decir verdad, Vlad Tepes nunca habitó este castillo, sino que estuvo relacionado con él ya que sí lo habitó su abuelo. Cuando llegas a Bran puedes ver a ambos lados de la carretera numerosas pensiones y estancias turísticas, con el castillo de fondo, mientras tanto a la izquierda podemos observar los Cárpatos donde en días anteriores habían hecho 25 grados bajo cero y estaban cubiertos de nieve.
Aparcar en Bran en las inmediaciones del castillo es mas o menos imposible. Todos los lugares para aparcar son de pago y muy caros por cierto, cerca de 3 euros la hora. A medida que nos dirigimos al castillo vamos viendo puestos y negocios de todo tipo, quesos, comida, camisetas, etc. Sí vimos dos cosas que merece la pena comentar, un puesto con las camisas típicas del folklore rumano, son bien bonitas (y caras) y otro puesto con cerámica típica y cuya forma de decorar es patrimonio inmaterial de la humanidad.
En cuanto al Castillo, pues un castillo medieval más. No tiene nada que ver con Drácula, ni con Vlad Tepes, simplemente es el castillo en el que se inspiró Bram Stoker, nada más. La verdad que visto desde fuera es tétrico y además está justo en la frontera entre Valaquia y Transilvania así que debió pasar de todo en el pasado...
En su pasado más reciente fue habitado por la princesa Iliana de Rumanía que lo hizo habitable y más a su gusto ya que estaba bastante abandonado. La Princesa Iliana era una de los seis hijos de la Reina Maria y del Rey Ferdinand. A la muerte de la princesa fue reivindicado por los hijos de esta que son ciudadanos americanos.
Igual merece la pena la excursión y la visita, pero no esperes ver nada relacionado con Vlad Tepes. De hecho, Vlad Tepes se dedicó a luchar contra el imperio turco otomano, residía en Valaquia, no en Transilvania y además fue el fundador de Bucarest.
Rasnov y Estación de Poiana-Brasov
Salimos del castillo de Bran y nos dirigimos hacia la ciudad de Brasov, para llegar a Brasov decidimos cruzar por la estación de esquí de Poiana Brasov y parar a comer en Sura Dacilor. De camino pasamos por la fortaleza de Rasnov que era puramente defensiva en las constantes peleas entre Transilvania y Valaquia o con los turcos. Fue propiedad privada hasta que el Ayuntamiento se hizo con ella, la restauró y ahora es visitable. La curiosidad es que para poder visitarla la única forma de llegar es con un tractor, así que han comprado un par de tractores que tiran de un remolque en el que va sentada la gente. No pudimos subir por falta de tiempo.
Y llegamos a Sura Dacilor. Es un restaurante muy clásico y conocido, de hecho, estaba hasta los topes. Es una construcción que emula una tienda tipo Tipi Indio. Como no, Dana nos ayuda a pedir los platos mas recomendables. Yo os voy a destacar uno, oso estofado. Es el único restaurante que he conocido donde se puede comer oso estofado, de hecho, en el plato no solo te dan oso estofado, sino también jabalí y ciervo. Pedimos además otros platos típicos de los pastores de la zona. Nos sirvió para recuperar fuerzas y seguir marcha.
Brasov
Llegamos a Brasov que es una de las ciudades más importantes de Transilvania. Pudimos visitar la plaza del consejo, la iglesia negra, la torre blanca, la Iglesia de San Nicolás, la Puerta de Santa Catalina y la Puerta Schei o Puerta Valacce que se llama así porque era la puerta que tenían que usar los rumanos de Valaquia para acceder a la ciudad. No hay que olvidar que Transilvania no fue parte de la Rumanía que conocemos hoy hasta 1918, con la salvedad del año en que las tres provincias fueron unidas por Miguel el Valiente de 1600 a 1601. Además de formar parte de la Dacia conquistada por los romanos con el emperador Trajano.
Y por último el museo de cultura de Brasov. Aquí quiero hacer un alto en el camino para hablaros del profesor Vasile Olteanu que nos recibió y nos enseñó como en el siglo XIX tenían textos que les narraban cómo eran los países de Europa y donde pudimos ver libros incunables impresos entre 1453 y 1501, y la primera imprenta de Brasov que data del año 1556. También nos enseñó la primera escuela de Brasov donde pudimos sentarnos en los pupitres mientras nos leía lo que se decía de España en los textos de 1800.
Cuando terminamos la visita nos pasamos por la confitería Vatra Ardealului frente a la iglesia negra donde todos los bombones están hechos a mano, y nos compramos unos pocos para el camino, ojo, son carísimos. La vuelta a Bucarest se nos hizo un poco larga porque hasta Ploiesti la carretera es de doble sentido y había un atasco importante, tardamos casi 4 horas. Aun así llegamos sobre las 21:30 y podíamos irnos a cenar al centro.
Bucarest, visita de un día
Al día siguiente teníamos tiempo para visitar Bucarest así que arrancamos por la mañana, no demasiado pronto, sobre las 09:30 y nuestro primer destino fue la plaza de la universidad donde se encuentra el teatro nacional y el monumento de los payasos. Justo en frente hay unas cruces en memoria a los muertos durante la revolución de 1989.
A continuación nos fuimos al Ateneo Romano que está un poco más adelante siguiendo por el mismo boulevard. El ateneo es del año 1888 y por fuera está muy bien pero hay que verlo por dentro, es verdaderamente bonito y merece la pena. Tuvimos además la suerte de poder entrar en la platea y admirarla con calma.
Muy cerca del ateneo romano está la plaza de la revolución donde está la estatua ecuestre de Carol I y donde está también el palco desde el que Nicolae Ceaucescu dió su último discurso mientras el pueblo le gritaba y abucheaba.
Desde la plaza de la revolución nos dirigimos al Parlamento o Casa del pueblo que es una construcción gigantesca que erigió Ceaucescu entre 1984 y 1989 y que no pudo estrenar. Es el edificio administrativo civil mas grande del mundo con 370.000 metros cuadrados siendo el pentágono el más grande de uso militar con mas de 600.000 metros cuadrados.
Hay edificios más grandes, pero son de uso privado o comercial. La visita dura unas dos horas y te sirve para darte cuenta de cómo perdió el norte Ceaucescu y se dedicó a levantar semejante coloso mientras sometía al pueblo a una austeridad brutal y se moría de hambre.
Íbamos bien de tiempo así que nos fuimos a ver la Catedral Ortodoxa Patriarcal y el palacio patriarcal que es enorme. Entramos en la Catedral pero no en el palacio. Tuvimos suerte y nos dejaron hacer fotos por dentro. De allí nos fuimos al museo nacional de historia que me gustó mucho la verdad. Los romanos con Trajano al frente cuando llegaron a estas tierras se encontraron con el pueblo Dacio y lo conquistaron. Para celebrar este hecho Trajano ordenó hacer la columna que lleva su nombre y cuyo original está en Roma.
Pues bien, en el Museo de Historia de Bucarest te puedes encontrar una réplica a tamaño natural de la columna pero con la ventaja de que la diferentes piezas o metopas de la columna están desmontadas y puedes verlas una a una y te van explicando las diferentes escenas que se representan en ellas. La original que está en Roma y que es una preciosidad, por cierto, ¡es tan alta que no te permite ver los detalles!.
También pudimos ver los diferentes tesoros que se han encontrado en Rumania entre los que está "La Clueca con los pollos de oro" que es el más conocido y que data del Siglo IV. Mientras íbamos recorriendo el museo Dana nos iba contando todos los detalles de cada pieza. Pudimos ver la corona que llevaba el rey Carol I y que estaba hecha con el acero fundido de un cañón turco o las diferentes coronas de la reina, también vimos joyas, anillos y colgantes que formaban parte del tesoro real.
Como os he comentado antes, Vlad Tepes fue el fundador de Bucarest y todavía se conservan las ruinas del palacio en el que habitó en Bucarest. Esta fue nuestra siguiente visita, aunque fuimos caminando porque está muy cerca del museo de historia. También muy cerca se encuentra el Hostal Manuc, que es un hostal que abrió un Armenio en Bucarest en el siglo XIX y que todavía se conserva abierto y funcionando. Llama la atención la entrada con adoquines de madera en lugar de piedra.
Por último y muy cerquita de Caru cu Bere se encuentra una iglesia pequeñita pero que es la joyita de las iglesias ortodoxas de Bucarest, es la iglesia Stavropoleos y es la más bonita de las que vimos en este fin de semana.
Ya era hora de comer y la verdad que teníamos hambre. Ahí Dana nos tenía una sorpresa guardada. Nos llevó a un restaurante que seguro no habríamos sido capaces de encontrar solos. El restaurante se llama Jaristea, lo regenta una mujer que está siempre sentada en una mesa del salón y lo lleva como se llevaba un restaurante hace 40 ó 50 años.
La decoración de las mesas es completamente vintage y nos llamó muchísimo la atención el hecho de que todos los camareros antes de llevar la comida a los comensales, se la llevaban primero a la dueña del restaurante para que le diese el visto bueno. Una vez le daba el visto bueno entonces llevaban el plato al cliente.
Teníamos toda la tarde por delante así que nos fuimos a ver el museo al aire libre de las casas regionales de Rumanía. Es un parque gigantesco donde se han transportado todas las casas regionales de los diferentes pueblos, regiones y culturas de Rumanía, está verdaderamente bien y poco masificado. Creo que es importante destacar que no son reproducciones, son casas originales que han sido transportadas desde su emplazamiento original, incluyendo no sólo casas, sino también establos, horreos, pajares e iglesias, como la que te muestro a continuación que se la trajeron de la región de Maramures.
Nos quedaba todavía un rato así que nos fuimos a ver el Parque Herastrau (Parcul Herăstrău) que tiene unas vistas preciosas para pasear mientras te tomas un algodón de azúcar o te tomas un café en H. Beraria que es una Cafetería de 10000 metros cuadrados.
Sin lugar a dudas me llevo una fantástica impresión de Bucarest y lo que hemos podido ver de Rumanía, así que tenemos que volver sí o sí!
Si quieres contactar con Dana lo puedes hacer en su teléfono móvil: +40 722 892 869 o a su email [email protected]