Así como existe un excelente blog denominado Buenas prácticas 2.0 , hoy quiere divulgar lo que podríamos definir como buena experiencia TIC. Esta es la experiencia, y la reflexión, que sobre el tema de las aulas digitales y la PDI realiza Roberto Elizalde Juanto del Colegio Público Luis Gil de Sangüesa (Navarra). Es una reflexión en voz alta para animar a todos esos compañeros y compañeras que están recibiendo estas nuevas aulas digitales y que tienen la posibilidad de comenzar a enseñar mediante la Pizarra Digital Interactiva.
“A lo largo del curso pasado hemos estado trabajando con tablets-PC dentro del Proyecto Integra-TIC, circunstancia ésta que ha supuesto en mi caso (y sé que en otros también) “un antes y un después” en la manera de abordar la labor educativa.
Como tengo ya casi los 50 (aunque no los aparento), me ha tocado ver y usar de crío como alumno los pizarrines, es decir, lo que ahora llamaríamos “un tablet analógico”. (Espero que alguien sepa lo que es un pizarrín).También he conocido, ya como maestro, aquellas ruidosas y sucias máquinas multicopistas. Llegué a conocer incluso lo más virguero en este terreno: una copiadora eléctrica de calcos para multicopista (no sé cuál sería su nombre técnico).Al mismo tiempo disfrutabamos de las máquinas de escribir, pesadas y robustas como tanques soviéticos, que facilitaron bastante nuestro trabajo. Creímos tocar el cielo cuando pasamos a usar las máquinas de escribir electrónicas. Ya no había que borrar los errores, letra a letra, con aquel pequeño papel blanco; tenía su propio rollo de cinta incorporado para borrar, ¡y podías cambiar el tipo de letra!Cuando usé mi primer ordenador en el colegio, un Acer 486 con su impresora y todo, sentí que mi vida había cambiado para siempre. Ya teníamos también, hacía unos años, fotocopiadoras en los colegios.No quiero ser exhaustivo en este viaje personal, así que iré al grano. Si ya creía estar en la gloria con los tablets-PC, ahora después de utilizar a todas horas la Pizarra Digital Interactiva en mis clases, no adivino cuál puede ser el siguiente paso en mi camino hacia la verdad absoluta… ¿tal vez volar?La PDI es sencillamente fantástica. Las clases son más ágiles, mejoran la gestión de los tiempos y materiales didácticos. Motivan al alumnado (y al profesorado). Permiten pasar de una actividad a otra con facilidad y rapidez. Etc., etc.Desde luego, todos sabemos que no se trata de una simple cuestión de aparatos o de equipamiento, sino de lo que efectivamente se hace con ellos, es decir, de la metodología.En cualquier caso, después de haber conducido por carreteras comarcales, caminos rurales y carreteras nacionales, ahora mismo creo que voy por autopista. Es como lo del anuncio de la tele: ¿Te gusta conducir?…Pues sí, la verdad, me gusta.AVISO: Este escrito NO es un anuncio publicitario. Cualquier parecido con alguno de ellos es pura coincidencia. (Attribution-NonCommercial-NoDerivs Creative Commons)”