Título original: La buena voz
Director: Antonio Cuadri
Guion: Claudio Crespo, Carita Boronska
Música: Juan Carlos Pérez
Fotografía: Gaizka Bourgeaud
Género: Drama
Reparto: Klara Badiola, Ana Lucía Billate. Biel Durán. María Luisa Goirigolzarri. José Luis Gómez. Arantxa Rentería. Ricard Sales. Pilar Vázquez, Ana Lucía Billate, Helena Dueñas, Paco Hernando, Jokin Oregi, Mikel Albisu, Félix Arcarazo, Mañu Elizondok María Luisa Goiirgolzarri, Felipe Loza
Argumento
Narra la historia de Pepe y Rosa, un matrimonio de inmigrantes que nunca tuvo hijos.
La vida transcurre con monotonía tras 27 años de apacible y rutinaria existencia en el País Vasco, su tierra de acogida, hasta que aparece Begoña, una antigua amiga de Rosa que revelará un secreto guardado durante casi 30 años.
Estimable película española que, pudiendo caer perfectamente en el ridículo más espantoso, sabe sortear los peligros de la sensiblería y el docudrama, logrando una honesta y muy digna cinta.
Porque todos sus elementos son de órdago a la grande, siendo excesivos cada uno por su lado, pero Cuadri, director inteligente, los une para dar forma y vida a una historia de amor, comprensión y aceptación del otro. Un fino trabajo donde se nos dice que el egoísmo y las frustraciones del pasado no nos pueden nublar la vista de tal modo que no podamos ver el amor y el cariño que tenemos diariamente a nuestro lado.
El guión, por todo lo dicho es bueno, pero muy mejorado por las poderosas interpretaciones de todos los actores/actrices, algunos muy naturales, como los dos chavales.
Por su parte, el trío de adultos no puede estar más afortunado, con un José Luis Gómez extraordinario, una recuperada para el cine Pilar Velázquez, ya mayor, sí, pero todavía preciosa y capaz de expresar con su sola mirada la naturaleza de su alma (¡qué mirada de decepción la que le espeta a su esposo a través del cristal del taxi!), una Klara Badiola, a la que había visto varias veces, pero que aquí reconozco que me ha sorprendido aún más si cabe.
Apuntes sociales encomiables de la ciudad de Bilbao y Getxo (hasta se ve mi casa en una bonita escena donde dos personajes están hablando sentados en un parque, rodada en el maravilloso paseo de Aixerrota) y una sabia dirección que, en algunos momentos hace que nos emocionemos.
Una película que merece la pena verse.