El terror es uno de los géneros cinematográficos que más se retroalimenta de sí mismo. Las ideas y fórmulas narrativas de los horrores y pesadillas que pueden inquietar a los espectadores se repiten con facilidad. Más allá del fenómeno de secuelas y adaptaciones, las nuevas versiones y las revisiones de otros largometrajes son moneda de cambio habitual. Acaba de estrenarse en la plataforma “Amazon Prime” la película “Buenas noches, mamá”, “remake” a su vez de un film austriaco de 2014 estrenado con el mismo título y que ya bebía de las fuentes clásicas de este tipo de cine. Si tuviera que hacer una relación de las producciones más destacadas del siglo XXI, no tendría demasiado donde escoger: “Get Out” (2017), “A Quiet Place” (2018), “Los otros” (2001), “Déjame entrar” (2008), “It Follows” (2014) y “Hereditary” (2018).
El director de la presente cinta es Matt Sobel, quien debutó en 2015 con el aceptable drama “Take Me to the River” y que ahora cambia de registro para adentrarse en los complejos laberintos del miedo con un aceptable resultado. Logra alcanzar los mínimos niveles exigibles para crear atmósferas agobiantes y turbadoras, sin bien se aprecia cierta falta de originalidad en la trama, de valentía en el relato y de creatividad en la narración.
En una solitaria casa de campo, entre bosques y maizales, viven dos hermanos gemelos de nueve años que esperan a su madre. Cuando ella por fin llega al hogar, vendada tras una operación de cirugía estética, ya nada será como antes, pues los niños empiezan a dudar de que esa mujer sea realmente su progenitora.
Las interpretaciones constituyen el aspecto más positivo de la cinta y son las que aguantan su peso. No obstante, la propuesta deambula por ese limbo que ocupan las obras correctas cuya existencia resulta discutible, una zona que, por otra parte, frecuentan la inmensa mayoría de “remakes”. En ese sentido, la versión dirigida hace menos de una década por Severin Fiala y Veronika Franz era más que suficiente, sin que esta nueva adaptación aporte gran cosa, por lo que los espectadores que se acerquen a ella quedarán complacidos en la medida en que sean aficionados a esta clase de producciones. Personalmente, les recomiendo que visionen el modelo original. Considero que, a partir de entonces, cambiarán su percepción obtenida con anterioridad.
Naomi Watts se erige como estrella de la historia. Aun con la cara vendada, logra transmitir todo lo necesario para abordar su papel con holgura. La actriz británica, dos veces nominada al Oscar por “Lo imposible” y “21 gramos”, se alza como un valor añadido dentro de cualquier proyecto. Saltó a la fama con la inclasificable “Mulholland Drive”, a las órdenes de David Lynch, y consolidó su éxito con “La señal” y su secuela (con un título readaptado también de su homónimo japonés). Su participación en “El velo pintado”, “Promesas del Este”, “The International: dinero en la sombra”, “Caza a la espía” o “Birdman o (La inesperada virtud de la ignorancia)” atestiguan su capacidad profesional. Ella es, probablemente, lo mejor de “Buenas noches mamá”.
Los hermanos Cameron y Nicholas Crovetti interpretan a sus hijos gemelos. Se ha podido ver a ambos en la serie de televisión “Big Little Lies” y en solitario a Cameron en la reciente “El agente invisible”, ese despropósito protagonizado por Ryan Gosling y Chris Evans que contribuye a desprestigiar el género de acción. El exiguo reparto se reduce a seis intérpretes, circunstancia que ayuda a provocar ese tono claustrofóbico e intimista en el que se cimienta el suspense que este título pretende transmitir al espectador.