Los principios de las buenas prácticas de la gobernanza pública implican, tal como también ocurre en las empresas privadas, estándares de calidad y un marco dentro del cual los dirigentes políticos y los funcionarios de carrera hacen muchas más cosas que limitarse a ejecutar eficazmente planes estratégicos bien formulados.
Estos estándares establecen expectativas sobre quienes los van a ejecutar, tanto los cargos políticos y también los funcionarios públicos que integran sus equipos de administración: que no solo sean eficientes, sino que también asuman personalmente su responsabilidad para que se satisfagan las necesidades de la población a quienes prestan sus servicios.
Para ejecutar las buenas prácticas de gobernanza, tanto una corporación de gobierno público como el equipo directivo de una empresa privada, tienen que tener la habilidad para analizar y solucionar los problemas de corto plazo, como la capacidad para realizar una cuidada planificación estratégica y establecer criterios de evaluación de impacto a largo plazo.
Además, la evolución social nos ha enseñado dos cuestiones inextricables (una está tan ligada a la otra que no se pueden entender por separado): a) las buenas prácticas de gobernanza son en sí mismas una forma de gestión de riesgos que, por lo tanto, previenen problemas futuros no deseados; y b) los equipos de gobierno público locales son los que están teniendo más protagonismo e influencia sobre el desarrollo de la comunidad que lo que pueden influir los organismos de gobierno a nivel regional, nacional o internacionales.
Claro está que, sobre todo en las cuestiones públicas, los gobiernos regionales y nacionales son los que establecen las leyes que regulan las vidas de las personas y el funcionamiento de las empresas; además, en general, son los organismos internacionales quienes pueden favorecer, acelerar o ralentizar, o dificultar el "día a día" mediante sus políticas de incentivos fiscales y flujos de fondos económicos para el desarrollo local.
Ahora bien, aunque sobre un país, región o localidad caigan desde afuera o se generen desde adentro recursos financieros a borbotones, son las buenas prácticas de la gobernanza pública local lo que en definitiva determina lo que les ocurrirá a las personas, a sus organizaciones y a sus empresas en el futuro.
Me quiero detener en un ejemplo práctico reciente de excelente gobernanza pública local. En la localidad donde yo resido desde hace 12 años, La Rinconada en la Provincia de Sevilla, el Gobierno Local ha decidido:
¿Propaganda política? ¿Discurso para convencer a los indecisos a quién votar en los próximos procesos electorales locales, autonómicos y nacionales? No. Son medidas del sentido común de una corporación de gobierno local que no tiene ninguna "mancha" en su ética de gestión en medio de una crisis de valores y otras calamidades que afecta al conjunto de los gobiernos locales y nacionales europeos con muy escasas excepciones.
La corporación del gobierno de La Rinconada, en la Provincia de Sevilla, miembros del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ─un partido político al que no estoy afiliado, al que tampoco he votado, ni votaré, porque soy inmigrante extranjero que por cuestiones de ética ciudadana personal no he gestionado mi ciudadanía española─ ha dado, a través de sus 34 años de gobierno local con mayoría absoluta, reiteradas muestras cómo se puede gobernar solucionando los problemas urgentes de hoy a la vez que construye un futuro viable para su comunidad sin estar mirando quien los vota, quien los aplaude o quien los reprueba.
Las buenas prácticas de gobernanza pública del Municipio de La Rinconada, en la Provincia de Sevilla, es un ejemplo que las medidas políticas pueden ser paliativos de coyuntura y también bases sólidas de un excelente futuro para la gente, nuestras familias, nuestras organizaciones y nuestras empresas.
Gracias, a esta comunidad que me ha dado en pocos meses las oportunidades para vivir feliz sin preguntarme nunca a quién apoyo, por qué lo hago, ni qué es lo que pienso decir o cómo debo pensar.
En qué se traducen las buenas prácticas de gobernanza
Hace un par de meses mi esposa fundó en esta localidad su propio emprendimiento "Centro Integral de Terapias Infantiles y Adolescentes Florecer", que podría tener mejor proyección económica a largo plazo si lo hubiera emplazado en la Ciudad de Sevilla u otras localidades de su ejido suburbano. Aunque en la elaboración de su plan de negocios, proyecciones financieras y estrategia comercial lo que ha tenido mayor peso es vivir, trabajar y producir en un territorio local donde la gobernanza es una buena práctica para gestionar el presente y construir el futuro.
Ella eligió La Rinconada, como también lo están haciendo grandes empresas globales como el área de mantenimiento de Ryanair, el Centro Agroalimentario del Arroz de Herba Ricemillis, la ampliación de la planta embotelladora de Coca-Cola CCEP, el Área Logística de Majarabique, la mayor área europea de invernaderos para el girasol de la Cortevea (Pioneer), el mayor centro de Formación Profesional de España especialistas en la industria aeronáutica, considerado el centro de formación profesional de referencia aeroespacial a nivel europeo entre otras importantes industrias y empresas de servicios de gran prestigio nacional e internacional.
Entonces, cuando busques ejemplos de buenas prácticas en la gobernanza pública que, además, son extrapolables a las empresas industriales y de servicios socialmente responsables con sus comunidades y el futuro date una vuelta por La Rinconada, en la provincia de Sevilla (España).
Fuente: https://mariodehter.com/innovar/buenas-practicas-de-gobernanza_9469/