Empezaré por decir que tenía muchas ganas de leer a Lisa Kleypas, autora de muchísimas novelas románticas que tantos lectores (bueno, seguro que lectoras) devoran. Este que os traigo es su último libro, pero he de decir que no era lo que yo me esperaba.
He tenido conflictos de intereses con los personajes. Intentaré explicarme.
Si mi hermana tuviera un bebé, lo deja abandonado y desaparece, siendo yo la única persona disponible para hacerse cargo, lo tendría muy claro: servicios sociales. Claro, que entonces el libro se terminaría nada más empezar.
Seguimos: si mi novio, al enterarse de que tengo que hacerme cargo de un bebé (aquí ya suponemos que lo voy a cuidar yo, por supuesto), me dice que ni se me ocurra llevarme el recado a nuestra vivienda en común, que él pasa del tema y que solucione los “inconvenientes” solita y luego vuelva a su lado (solita también), pues oye, en ese momento se acabaría la relación sin la necesidad de enamorarme por el camino de un tío bueno.
Hombre, por favor!Y por último, si un pedazo de hombre, que además me gusta, se enamora locamente de mí, se preocupa por mi situación desesperada y me ayuda en todo lo que puede, no me pondría a pensar cosas como “no estoy preparada para dejarme llevar” ni me “daría miedo sentir lo que siento” cuando nos besamos…
En fin, creo que he explicado mi punto de vista y la incapacidad de empatizar con la protagonista…
Más o menos he contado un poco del argumento. La pobre Ella tiene que hacerse cargo del bebé de su hermana Tara, que ha desaparecido. Unos días más tarde descubre que Tara ha ingresado en una clínica psiquiátrica, así que Ella decide que lo primero que tiene que hacer es encontrar al padre del niño para que se responsabilice. El primer candidato es Jack Travis, un chico cuya familia posee una de las mayores fortunas de la ciudad. Jack es millonario, guapo, inteligente, trabajador y tiene un cuerpo de anuncio de ropa interior masculina. “Para colmo”, le gusta Ella e intenta hacer todo lo posible por ayudarla y hacerle más llevadero este mal trago que tiene que pasar. Va en serio: le busca alojamiento, canguro para el bebé, le ayuda a encontrar y negociar con el verdadero padre… Jack Travis es el hombre, la pareja y la persona perfecta.
Pero Ella, entre que no para de pensar que él ha ido “de flor en flor” y en que no debería enamorarse ni comprometerse porque le da miedo establecer lazos afectivos con los demás… Pues nada, que le da largas a pesar de que le gusta, hasta que al final cede a sus encantos. ¡Y entonces descubre que es el rey del sexo!
(ayy ya veo venir el spam en esta entrada). Bueno, por el medio de toda la historia está el pobre bebé, que estará bien cuidado en todo momento y recibirá mucho cariño de Ella y de Jack. El Palacio de los Guzmanes y el de Botines, vistos desde el Parque del Cid.Es la primera vez que aparece el Palacio de los Guzmanes en el blog; no será la última
Es una novela divertida, todo hay que decirlo, y tiene algunos puntazos que te hacen reír; ese es el motivo por el que no le doy la puntuación mínima. Se lee rápido, no es que me haya costado ponerme con ella ni nada, sólo que al terminarla no he sentido nada, ni bueno ni malo. El único personaje que me cayó bien es Jack Travis, tan servicial y generoso con Ella, pero la novela no tiene ninguna emoción, es un poco descafeinada, y muy previsible.
He estado hablando con la experta en Lisa Kleypas (Dácil, gracias guapa) y me comenta que las mejores novelas de la autora son las que tienen un marco más histórico, y que ella prefiere no acercarse mucho a las románticas actuales, como la que nos ocupa, porque la decepcionan en su mayoría (y eso que no ha leído Buenas vibraciones todavía, jajaja). Así que en mi inmensa generosidad, le daré una segunda oportunidad a la autora con alguna romántica histórica, a ver si me engancha más.
Título: Buenas vibraciones Autor: Lisa Kleypas Editorial: Vergara Encuadernación: Rústica ISBN: 978-84-666-4243-9Páginas: 352
Precio: 18,00 €
Propósito personal: no lo cumple. RETO 2011: Sodio, Na.