Revista Economía

Bueno y breve

Publicado el 02 septiembre 2014 por Torrens

Lo bueno, si breve, dos veces bueno. Excelente, curioso y corto artículo, titulado ‘Rajoy y la Ley del gallego’, en la contraportada de La Vanguardia del primero de Septiembre 2014, que reproduzco a continuación: 

“Como suele ser habitual, Mariano Rajoy utilizó ayer el topónimo castellanizado de Sotomayor para referirse a la localidad pontevedresa de Soutomaior, en la que desde hace nueve años abre todos los veranos el curso político el actual presidente del Gobierno.

Hace unos días, en un acto en el Club Náutico de Sanxenxo, Mariano Rajoy, aunque usó en varias ocasiones el topónimo gallego, utilizó mayoritariamente el castellanizado de Sanjenjo. Sin embargo, el artículo 10 de la ley de Normalización Lingüística gallega establece que ‘los topónimos de Galicia tendrán como única forma oficial la gallega’.

Esa ley fue aprobada por unanimidad por el Parlamento gallego en 1983. Rajoy era entonces un joven diputado de Alianza Popular, pero, según consta en el diario de sesiones, justificó su ausencia en el pleno que efectuó la votación final. En su intervención de ayer, al referirse a la cuestión catalana, el presidente del Gobierno insistió en que las leyes están para ser cumplidas.”

Aunque la brevedad es una excelente cualidad, el artículo podía haber continuado señalando que Rajoy, su partido y los demás que califican de ilegal la consulta mienten porque no hay una sola Ley, norma o reglamento que la prohíba expresamente, y mucho menos se podría encontrar en el rincón más escondido de la legislación española una sola frase que ni tan solo insinuase la prohibición de que el gobierno y el Parlamento puedan pactar la realización de cualquier consulta en cualquier rincón de España. Lo que ocurre es que haber convencido a los merluzos de España, que aparentemente son muchos, que la consulta es realmente ilegal les exime de decir alto y claro que no habrá consulta porque a ellos no les da la gana, y les evita el ser responsables de que España tenga el muy dudoso honor de ser el primer país ¿democrático? que prohíbe una consulta de este tipo sin ni tan solo discutir el asunto.

Además, en el PP hay pánico a la consulta porque incluso alguno de ellos es consciente de que son responsables, con sus recursos al TC, problemas lingüísticos inventados, crisis de infraestructuras ferroviarias y de comunicaciones, inventos de idiomas nuevos y demás, del hartazgo catalán que le da alguna probabilidad al sí a la independencia en la consulta.

Por otro lado también es cierto que el excelente periodista que ideó y escribió este artículo olvida el talante, las maneras y la actuación ¿democrática? de los señores del PP y de otros partidos, para los que las leyes, de cualquier tipo y condición, son algo flexible y relativo, que deben aplicarse cuando conviene, en la forma que convenga, pero ni se deben mencionar cuando no interesa, y que también se aplicarán u olvidarán en función de a quien afectan, y que en casos personales, si se decide aplicar la Ley, es siempre la autoridad superior la que determina el momento en que deben actuar jueces y policías, nunca antes bajo ninguna circunstancia. Este olvido del periodista es más grave todavía cuando el gobierno y el PP están dando estos días un fantástico ejemplo de esta peculiar manera de entender el ordenamiento legal, porque son pocos los miembros importantes del PP que no han afirmado categóricamente y con toda contundencia que el Tribunal Constitucional anulará la Ley catalana de consultas, y lo dicen cuando dicha Ley todavía no ha ni tan solo completado su aprobación por el Parlament. Seguramente debe ser simple intuición franquista. A ver si no olvidamos que aunque alguien dijo que España es un reino en realidad somos una república bananera de las peores.

Por cierto, por la boca muere el pez, a los dos días de que Rajoy anunciara en Soutomaior que se estaba venciendo al paro, se informa que en Agosto se ha invertido la tendencia y vuelve a subir.

 


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