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Por Miguel Wiñazki
Esta modalidad fascista se iguala con piquetes y pintadas. Se enseñará en 5°año.
A veces el camino al infierno pedagógico está lleno de buenas intenciones, y de profundas confusiones. A partir de este año, en las escuelas medias de la provincia de Buenos Aires se enseñará con nuevos contenidos la materia Política y Ciudadanía.
Será un curso de civismo y una apología a la tan deseada y necesaria participación. Pero de acuerdo a un documento generado por el propio ministerio provincial, se conciben explícitamente a los escraches, piquetes y pintadas como “distintas modalidades de participación política” .
El telón de fondo de todos los cambios es una crítica al capitalismo, al liberalismo y a “este nuevo orden mundial, este imperio a escala global que está dominado por los grandes poderes industriales y financieros …” . El proyecto preliminar, abundantemente floreado de citas de intelectuales europeos como Hannah Arendt, Foucault, Gramsci, Max Weber, Marx, Thomas Hobbes y otros, concibe a la abolición de todas las mediaciones jurídicas que implican los escraches como una forma efectiva de participación política.
¿Escrachar es participar? ¿O es hacer justicia a través de una agresión contra alguien a quien se concibe culpable más allá de lo que enuncien los tribunales del Estado? ¿Son las pintadas formas de participación, o implican una irrupción no consensuada (sobre todo por los dueños de las paredes en las que las pintadas políticas se realizan) precisamente de la antipolítica? También hay una convalidación a la metodología de los piquetes.
El proyecto propone ejercicios didácticos como contraponer los cuadros del pintor Juan Manuel Blanes, relativos a la conquista del desierto perpetrada por Julio Argentino Roca, con una nueva representación del evento, realizado por el artista Leonel Luna, que pinta a los piqueteros en el lugar de los indios. Y los civiles en armas ocupan el lugar antes reservado a los “héroes de la gendarmería”. Los indios, víctimas reales de aquella avanzada a sangre y fuego, son entonces análogos a los piqueteros, por carácter transitivo víctimas también de la injusticia. Podría suponerse que siempre un piquetero es una víctima.
Las autoridades de la dirección General de Escuelas elaboraron una “versión preliminar” de este programa que fue remitido a todo el sistema de educación media de Buenos Aires (unos 3.000 establecimientos educativos). La nueva materia tendrá una frecuencia de dos horas semanales (72 horas totales en el año). La evaluación de los alumnos será por objetivos. O sea, no habrá notas de calificación. Se propondrá el desarrollo de un trabajo práctico anual sobre un tema que decidirán los estudiantes y se hará un seguimiento de ese práctico. Los estudiantes y los docentes establecerán las pautas de evaluación. Y –como en el caso de Construcción de la Ciudadanía– no habrá “bochados”.
“Es responsabilidad del Estado formar ciudadanos”, explicó a Clarín la directora de Enseñanza Media de la provincia, Claudia Bracchi. Para la funcionaria, los escraches o las protestas sociales son sin dudas “modalidades de participación. Y aclara que “en el aula se explicarán las diferentes variantes, pero no habrá juicios de valor sobre ninguna de ellas”.
Bracchi enfatizó que “la escuela no puede estar ajena a este tipo de manifestaciones que son utilizadas diariamente por organizaciones y grupos sociales. Y pontificó que “lo peor que podemos hacer es negar esa realidad”.
Y si uno piensa lo contrario ¿ahora puede escracharla?
Fuente: clarin.com