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Por Ismael Bermúdez
El 15 por ciento de los varones de menos de 29 años del Gran Buenos Aires no tiene trabajo.
Entre las mujeres, la tasa llega al 21,2%. Y no se reduce, pese al crecimiento económico. Es la región más impactada por la falta de empleo juvenil.
A pesar del crecimiento económico, en el Gran Buenos Aires el desempleo juvenil no afloja: entre los varones es del 15% y llega hasta el 21,2% entre las mujeres, duplicando los niveles de cada sector.
Estos porcentajes ubican al conurbano bonaerense con las tasas de desocupación juveniles más altas de todas las regiones del país, de acuerdo a cifras del INDEC.
Así los 24 partidos del Gran Buenos Aires siguen mostrando indicadores sociales y laborales más que conflictivos . Y muchos de ellos en franco estancamiento o deterioro con relación a tan solo dos años atrás.
Esto explica que, con cifras de producción y ventas en ascenso, reaparezcan y estallen con fuerza conflictos laborales y sociales vinculados a la precariedad y tercerización laboral, a los bajos salarios, al reclamo de mejores condiciones de trabajo, al déficit de vivienda y a fenómenos de delincuencia juvenil. Al margen del componente de las rivalidades políticas, hay un realidad socio-laboral que reproduce el conflicto.
Además, hay otros indicadores que agravan este cuadro social porque 4 de cada 10 asalariados bonaerenses –40,8%– trabaja en negro . Y la mayor actividad económica, más que a una suba del empleo, llevó a un incremento de los llamados trabajadores sobreocupados , gente que trabaja mucho más de las 45 horas semanales.
También el GBA –con casi 10 millones de habitantes– es una de la regiones que tuvo entre 2001 y 2010 un incremento poblacional superior al promedio.
Eso se debió en parte a que fue y sigue siendo una zona de recepción de migración interna y externa , y continúa cargando con el peso de resolver los problemas de empleo y vivienda de muchas familias con fuertes demandas sociales.
Los últimos datos oficiales marcan que en el GBA la recuperación económica no alteró los niveles de desocupación entre los jóvenes. Si bien en promedio en los últimos 2 años el desempleo en el conurbano tuvo un leve retroceso – de 9,7 a 9,1%–, aumentó la desocupación del 13,1 al 15% en los varones de menos de 29 años y tuvo un leve retroceso – del 22,5 al 21,2%- entre las mujeres de entre 14 y 29 años. Por ejemplo, en el NOA (Noroeste), una zona que se caracteriza por elevados niveles de empleo en negro y pobreza, el desempleo juvenil entre los varones es del 11,6% y entre las mujeres del 13,1%.
A su vez, sobre 4.200.000 asalariados que viven en el conurbano, el 40,8% – 1.700.000 trabajadores– no están registrados en las empresas donde trabajan. Dos años atrás, en el tercer trimestre de 2008, el empleo en negro estaba en 37%. Un año después, con el impacto de la crisis, trepó al 40,8% y se mantuvo así en el tercer trimestre del 2010 pese a la fuerte recuperación económica.
De aquí se infiere que una mayor proporción del incremento del empleo se efectivizó “en negro” y marca una precariedad laboral que choca abiertamente con el discurso de la “inclusión social”.
Por su parte, con la reactivación, la mayor demanda de empleo de trabajadores fue neutralizada mediante el incremento de los horarios de trabajo de los ya ocupados – a través de horas extras u horarios más amplios.
Todo esto, además, se dio en medio de un proceso inflacionario que, liderado por los alimentos, golpeó con más fuerza a los sectores de menores recursos y acentuó la desigualdad social entre los que más y menos tienen.
De este modo, detrás de las cifras récord de producción y ventas que muestran muchas actividades emerge una realidad en la principal región del país que ayuda a explicar la persistencia de los conflictos sociales o negociaciones salariales muy duras. Y también, para muchos especialistas, es un caldo para episodios delictivos.
Así las cosas , casi la mitad de los 1.150.000 desocupados nacionales o más del 40% de los desocupados juveniles o de los trabajadores en negro se concentran en el GBA . Y debería transformar a esta vasta zona en el centro de preocupación de las políticas sociales, laborales, educativas y de vivienda.
Fuente: clarin.com