Éste ha sido posiblemente uno de los mejores años de mi vida. No puedo decir "el más intenso" pero sí un año feliz, en el que me he dedicado a hacer lo que me gusta, he retomado con mucha fuerza mi carrera, he participado en grandes proyectos y he hecho muchas cosas bonitas.
Sigo encontrando la felicidad en las cosas más sencillas pero importantes: Hemos tenido todos mucha salud y tranquilidad. Veo crecer a mis hijas y me parece maravillosa cada una de las etapas. Me emociono con sus pequeñas y grandes ideas y con todo aquello que piensan. No dejan de sorprenderme nunca.
El año que se va ha sido un año de esfuerzo, de trabajar 18 horas diarias y dormir lo mínimo. Pero también ha sido un año en el que -aunque poco- mejor he dormido. Me he acostado todas las noches muy cansada pero con la sensación de que estoy donde debo estar.
¿Y qué me llevo de este año que termina?
A primeros de año, buenas noticias. Dentro de mis labores de comunicación en El Parto es Nuestro, estuve involucrada en uno de los triunfos del año: llevar el nombre de la Asociación al telediario de la 1 en prime time. Fue un reportaje muy bonito del que vimos 4 minutos... pero detrás del que hubo mucho trabajo y estuve felizmente involucrada. Fue especialmente significativo que días después tuviéramos la noticia de la muerte de Concha Colomer.
En mi tiempo de hogar, tuve la oportunidad de visitar Ojo de Agua junto a toda la familia Conejo-Piojo, a raíz de una composición que hizo mi hija mayor sobre los colegios ideales. Pasamos allí unos días y fueron muy inspiradores (y perturbadores, todo hay que decirlo...).
En mayo operaron a Piojilla de una hernia. Tenía mucho miedo por la operación y todo lo que ello significaba, pero la pequeña de la familia nos dio una lección de valentía y serenidad.
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Festejo siempre mi cumpleaños con varias fiestas en el mes... en junio fue imposible y de hecho, pasé mi "día" con mi hija mayor en una manifestación por Habiba. Pero luego, unos días después de que todo terminara, nos fuimos a Disney Paris. Fui la feliz ganadora del concurso de blogs "mamás blogueras y felices". Con todos los gastos pagados, mis hijas se llevaron de Disney un recuerdo inolvidable gracias a estas líneas que escribo... Para mí fue un viaje de sueño, pero para mi familia, un premio más que merecido por todas las horas que paso en el ordenador.
En julio y apenas dos días después de volver de Francia, mi Pioja Mayor embarcó hacia la tierra del Tío Sam. Verla volar tan lejos de mi lado fue motivo de dolor y orgullo. Es una hermosa mujercita ya... Piojilla y yo dejamos a Papá Conejo de Rodríguez y nos fuimos unos días a la playa.
Ese fue un concurso, y el de las frutas y verduras otro... Participamos en un concurso junto a otras 9 familias. Nos enviaron una caja de verduras y frutas a la semana, durante dos meses, y debíamos cumplir con una serie de pasos y retos. Salimos penúltimos, pero nos divertimos muchísimo.
En septiembre, y otra vez desde El Parto es Nuestro, sacamos a la luz las famosas viñetas de la SEGO. La Asociación fue noticia por dar esta voz de alarma y la entrada que sacamos en el Blog, junto a la nota de prensa enviada a los medios, ocupó las noticias de la semana en prácticamente todos los medios informativos del país. Una vez más, desde las redes sociales y desde el lobby materno, se presionó a los implicados y se trabajó para difundir la noticia y crear opinión pública.
Un mes después, celebramos la Asamblea Anual de la Asociación. Una fecha que espero con ilusión todo el año. En esta oportunidad, dejé mi puesto dentro de la Junta Directiva para concentrarme mejor en las tareas de comunicación externa, grupos de Madrid y equipo blog. Fue también el mes en el que una querida amiga dejó la Asociación para dedicarse con más intensidad a sus investigaciones. Ambas sabemos que en realidad "dejarlo" es simplemente una formalidad... porque en el fondo es un honor y un orgullo pertenecer a una asociación como ésta (y un vicio del que no se puede escapar, aunque se deje de pagar la cuota).
En octubre hice otra cosa en la que puse toda mi ilusión: Bailar caporales. Es una danza boliviana preciosa que bailé junto a los integrantes del ballet de la Asociación Pro Bolivia. Junto a ellos, volví a mis raíces y recorrí las calles de Madrid al son de la música boliviana. Me encanta bailar y es algo que quiero seguir haciendo este año.
En noviembre defendí mi trabajo final de curso en el Diploma de Especialista en Salud Pública y Género de la Escuela Nacional de Sanidad. Lo hice, como no, sobre violencia obstétrica. Fue muy emocionante ver a mis compañeras asistir a esta defensa y hablar de este tema en las aulas de la Escuela Nacional de Sanidad ante técnicos de igualdad y expertos en género.
En diciembre tuve la oportunidad de acompañar el nacimiento por cesárea de Martín y Aitana. Fue un momento muy emocionante, pero a la vez tuve la gran decepción de constatar en persona que una atención educada no es una atención respetuosa y que todavía -y a pesar de todos los papeles que se han escrito hasta ahora, protocolos, galardones y buenas intenciones- falta mucho para ofrecer la atención que las mujeres y los bebés merecen.
Por último, termino el año con la gran sorpresa que me causó el "copia y pega" que hicieron de mi página Web al completo. Fue primero una sorpresa que luego terminó en gran carcajada cuando recibí un correo en el que se me "insta a borrar mi entrada" o me iniciarían acciones legales por difamación (o similar, que no recuerdo...). Sin palabras. Si hay abogados en la sala, que se pronuncien, que casi no tengo amigos abogados ;-)
Seguro que me olvido de algo... pero si sigo recordando no acabaré nunca :-)
MIL GRACIAS Y LO QUE SUEÑO EN EL FUTURO
No os imagináis todas las cosas, ideas y proyectos que giran en mi cabeza para Entre Mamás. Cada día y a todas horas, se me van ocurriendo cosas que voy apuntando en papelitos. Lo que hoy es Entre Mamás es apenas una miguita de todo lo que quisiera ofrecer a las madres. Pero para tener esto, tengo que dar las gracias especialmente a dos personas por su apoyo este año: En primer lugar, nada de esto sería posible sin la colaboración, entrega y pasión de mi gran amiga Zoila de Dos Manitas. Es para mí una hermana en la que confío.
Pero además, la inestimable colaboración de mi hermana pequeña, Esperanza, que se ha involucrado como nadie en este año y que ha dado un giro a la visión que yo tenía de todo este mundo materno. Ella, que es experta en marketing, ha puesto a mi servicio su saber y su cariño. Desde Londres -ciudad en la que ahora está- me envía sus ideas y conceptos nuevos desde una óptica diferente, pues no es madre todavía.
Y desde luego, a mis hijas y mi marido, su apoyo logístico y cálido abrazo diario. A mis padres por estar ahí y darme ánimos cuando veo las cosas negras. A mi hermano por salvar mil y un veces mi ordenador de la muerte segura... y a las madres que hacéis de Entre Mamás con vuestra presencia, vuestros ánimos, vuestra confianza, un lugar que muchos quieren copiar y en el que se inspiran a diario otros.
No sé cómo será este año que empieza, pero siento que será inolvidable. Preveo grandes cambios... y seguramente hacia la mitad del año tome decisiones drásticas en muchos sentidos. Por un lado, tengo muchas ganas de continuar con este proyecto querido que es Entre Mamás y hacerlo más grande y mejor. Mi cabeza es una olla exprés.
Pero también he de decir que el ver que hay cada día más espacios para madres y ver que esa necesidad estará cubierta en poco tiempo en nuestra ciudad, me produce cierta sensación de replantearme hacer otras cosas que también siento vitales. Por ejemplo, y ya que mi hija pequeña termina la educación infantil... estoy tentada de volar hacia Ojo de Agua y continuar allí -o en algún sitio parecido- la educación de la pequeñita... Mi hija mayor termina la secundaria y otro tipo de bachillerato -a distancia o bachillerato internacional- está dando vueltas en su cabeza desde hace un tiempo... así que sería el momento perfecto para dar un salto y volver a empezar. Papá Conejo tiene un trabajo en el que suele viajar, y seguramente daría lo mismo volver aquí que volver allá.
O quizá... nada de esto ocurra y las niñas decidan que Madrid es el camino y entonces, me entregaré con más pasión a este sueño que es Entre Mamás, a mi querido trabajo en la Asociación El Parto es Nuestro y a mi labor dentro de la Editorial OB STARE que me permite desarrollarme profesionalmente en las áreas que amo: la comunicación y la maternidad.
Y desde luego... compaginar todo ello con la vida normal pero llena de creatividad y magia que es ser madre y ama de casa. ¿Casi nada, no?
Feliz año queridos amigos y amigas. Que sea un año maravilloso. Que tengamos todos salud, que la crisis sea sólo una nube que amenace pero no cuaje... y que la alegría de estar vivos nos inunde los corazones a todos.
Es mi sincero deseo.
Claudia