Empieza otra semana de mierda, al menos para mí, así que nada mejor que encararla con esta novela, Debo ser muy buena presa cuando tengo tantas escopetas apuntándome, de Eduardo Izquierdo, cuyo protagonista es un cantaor, el más grande, junto con Camarón, me refiero a José Domínguez, el Cabrero, uno de los escasísimos ejemplos a seguir. Como nos explica Eduardo Izquierdo: Esta no es una historia real, o sí. En cualquier caso no está montada a partir de datos autobiográficos fieles, sino que está construida a través de los cuentos y las fábulas que mi abuelo, José Marcos, me explicaba sobre aquel cantaor al que él tanto admiraba y a lo que provocaban en mi imaginación.
- El Cabrero vive en mi pueblo... Es un tío muy interesante. Te voy a hacer una oferta que no vas a poder rechazar. Voy a contarte una anécdota sobre El Cabrero para que la pongas en tu libro. Cuando llegó mi productor Joe Dworniak a Sevilla a grabar La Familia Pollo fui a buscarlo al aeropuerto y me dijo "hay ahí un tío con un sombrero del oeste que estaba fumándose un cigarro y ¿sabes dónde lo ha apagado antes del embarque porque no tenía otro sitio? En la mano". Y cuando lo vi le dije "coño, ese es el Cabrero"...
Eduardo Izquierdo. Debo ser muy buena presa cuando tengo tantas escopetas apuntándome. Ediciones Lupercalia, 2ª edición, mayo 2014. De la ilustración de cubierta: Jordi del Rio Macías.
Y para quien todavía no conozca a este cantaor, al Cabrero, aquí dejo un documental de 30 minutos, El Cante de la Sierra, realizado en 1988 por Beatrice Soulé: