Los sultanes del Yemen, de Enrique Mercado, llegaron ayer a Cimadevilla, a mi casa. Es un regalo que agradezco de verdad. Todo lo que tenga que ver, directa o indirectamente, con la vida de Rimbaud en África me interesa sobremanera. Así que, si quieres hacerme feliz, ya sabes: regálame cualquier libro de Rimbaud en África. En serio. En este cuaderno de viaje, Enrique Mercado, en compañía de Varasek, personaje real que da el contrapunto al propio Enrique en esta aventura africana, sigue los pasos del mítico poeta maldito francés por el Yemen, hasta Aden. Es un libro que se lee como un libro de aventuras. Yo terminé de leerlo ayer a la noche. De entrada, te dejo con una reflexión que me encontré en las primeras páginas, con la cubierta y con uno de los párrafos:
La ropa tendida es una de las últimas señales de humanidad que quedan en el planeta (...) La ropa tendida me recuerda que en todas partes hay trapos sucios que lavar y que orear contra viento y marea.
Y ahora, este párrafo, sintomático de la estupidez humana, más en este caso en el que la protagonista es una mujer francesa a la que, o eso se deduce de sus palabras, de Rimbaud solo le quedó en su pensamiento su posible homosexualidad y no su genio poético:
Yo estoy leyendo Las iluminaciones, de Rimbaud, y la más suspicaz de las francesas me guiña un ojo. "Verlaine et Rimbaud, Oh là là..." Haciendo caso omiso de la doble intención de aquellas palabras, Varasek le confirma que somos poetas y que hemos viajado al Yemen siguiendo las huellas de Rimbaud. Una de las delicias de viajar, según él, es que en aquellos lugares donde nadie te conoce puedes ser quien a ti te dé la gana, representar papeles que aunque no te correspondan responden a la necesidad del momento. La francesa insiste: "Rimbaud et Verlaine, yo lo digo en espagnol...Ah, sí, maricones". Y nos señala a Varasek y a mí.Oh là là. En Francia como en El Yemen.
Enrique Mercado. Los sultanes del Yemen. Ediciones de Baile del Sol, 2014. Diseño de cubierta: Nacho Buzón / UNOCOMA. Foto del autor: Sonia Ortega Amoraga.