Como nos suele ocurrir con la madera, los restos de la última caja para los cuadros de luces que hicimos, nos dieron la idea. Era una pena desperdiciar estas tablitas y rápidamente pensamos en nuestras hijas.
Cada una de nosotras eligió el color que más podría ir con los gustos y con las respectivas habitaciones de nuestras Julias.
Casualmente, recordamos que teníamos una antigua revista comprada en un mercadillo de nuestra ciudad (un auténtico tesoro en publicidad vintage), y procedimos a echarle un vistazo a ver si nos inspirábamos.
En un lateral de la misma, encontramos un precioso anuncio de "rouge" que iba que ni pintado al ancho y largo de la tablita más estrecha. Además, era el detalle perfecto para una de nuestras adolescentes, que adora pintarse los labios. ¡Decoupage que te crió!
Para la otra nos dedicamos a buscar por la red imágenes con mensaje, y encontramos éste que encima alude a una de sus películas favoritas, La vida es bella. ¡Y más decoupage! El secador es nuestra mejor arma contra las arruguillas que provoca esta técnica. ¡Lástima que no sirva para otras arruguillas!
Una perchita romántica ...
Y otra no tanto, pero a la que dimos nuestro toque femenino...
Situadas estrategicamente...
Un par de cáncamos y listas para colgar en sus respectivos cuartos.
¿Les gustarán a las Julias? A saber... De momento aprovechamos el diy para visitar de nuevo el Finde Frugal de Marcela Cavaglieri. ¡A ver qué nos depara!
Feliz fin de semana.