Buenos y malos navegantes

Con impresionante maestría Felix Fernández pinta lienzos literarios en su blog Bucker 125 utilizando los colores más deseados por los buenos escritores por la dificultad que entraña el conseguirlos: el humor y la ironía. Así logra verdaderas obras maestras donde impresiona cómo a partir lo más anecdótico y cotidiano profundiza en los análisis más inteligentes sobre la actualidad social o política relacionando, en este caso y entre otro anecdotario que no mencionaré para no adelantar la trama: una avioneta despistada que se pierde y aterriza donde no debe, otro conductor que se confunde con el GPS, y algún político que otro que anda tan despistado como el aviador...

 Y muy malos rumbos que no llevan a ninguna parte, porque llegar tarde está mal, pero llegar muy tarde es como no llegar; aquí están los ejemplos que en el Arte de la  Buena Navegación nos dieron Ramón Franco, Charles Lindberg o Cristóbal Colón, al contrario que los malos navegantes como Moisés, que para encontrar la Tierra Prometida, Israel, desde Egipto, tuvo al Pueblo Elegido 40 años caminando en círculos y volviendo sobre sus propios pasos por el Desierto del Sinaí, o como Ulises,
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