Revista Deportes

Buenos y malos recuerdos de mi primer balón

Publicado el 27 noviembre 2014 por Fanaticoe4
Pom pom en el patio de la escuela solo se escucha el sonido de la pelota al chocar con la pared, no es hora de colegio pero Santi llevaba toda la tarde jugando con su balón nuevo que le habían regalado por su cumpleaños, era el Tango, el balón oficial del pasado mundial de fútbol jugado en España.Ya hacia rato que sus amigos se habían marchado pero él seguía jugando, no podía dejar de patear su juguete nuevo por el que tanto había insistido, a su madre le parecía mucho pagar cuatro mil pesetas por una pelota pero su padre si lo entendía, había sido jugador de joven y veía la misma pasión en su hijo por lo que hizo un trato con su mujer , le dijo que no comprara las cervezas que tanto le gustaban a él durante cuatro meses y con lo que se ahorraban comprarían el balón, a la mujer le pareció una tontería pagar eso por una pelota pudiendo comprar otra por un cuarto de su precio y haría la misma función pero accedió al final.
Estaba anocheciendo por lo que el muchacho decidió volver a casa, se había propuesto recorrer el camino dando toques sin que se le cayera el balón, aunque no lograba dar más de 20 toques seguidos pese a lo habilidoso que es con la pelota, Santi es zurdo y su padre le había comentado en alguna ocasión que los jugadores que utilizaban la pierna izquierda eran mágicos, más habilidosos que los derechos y eso llenaba de orgullo al chico.
Llega a su calle, sigue con su juego de intentar que la pelota no tocara el suelo, estaba muy concentrado porque le faltaba poco para  batir su record de 20 golpeos consecutivos pero en el último instante había elevado demasiado el balón y este le cayó a su pierna derecha con la que  no logró precisar bien y se le escapo larga la pelota que de forma caprichosa se fue a parar  debajo del Seat 124 blanco del  señor don Joaquín que era el alcalde del pueblo,  fue corriendo a por ella y justo en el momento que se estaba agachando dos hombres que pasaban por allí se apresuraron a devolverle la pelota, Santi les dio las gracias y siguió con su juego  de malabares con el balón, aunque no lograba concentrarse, juraría que uno de los hombres había dejado un paquete debajo del coche a la vez que le devolvía la pelota y no lograba quitarse ese pensamiento de la cabeza.
Su madre lo esperaba en la puerta por lo que cogió la pelota con las manos y corrió directa a ella a darle un beso, sabía que seguramente estaba preocupada porque hoy había tardado un poco más de lo habitual, ella al verlo con su balón nuevo dio un suspiro y sonrió.
—Cariño lávate las manos para que vallas a cenar,  la comida lleva un rato preparada y  por favor cámbiate la ropa que el Naranjito  de tu camisa parece que fue a la playa de lo marrón que está.
Santi obedeció a su madre, se cambió la ropa y se aseó bien para ir a cenar, mientras estaba jugagando no se había percatado del hambre que tenía. Su madre por ser su cumpleaños le había preparado su cena favorita, croquetas de jamón con ensalada y muchas papas fritas, tardó menos en comerse todo que en sentarse.
Esa noche se acostó con la barriga llena y la pelota en las manos, quería despertarse pronto para poder ir a jugar al fútbol con sus amigos en el colegio,  estaba terminando sus oraciones cuando se oye un fuerte ruido en la calle, hay gritos por todos lados, le pitaban los oídos, llamó a su madre entre sollozos, como no venía  fue a buscarla, al llegar al salón se percató que sus padres habían salido a la calle, decidió ir en su busca, cosa de lo que se arrepentiría más tarde,  al salir fuera vio que el coche del señor don Joaquín había explotado y su mujer y sus dos hijas estaban llorando al lado de un cuerpo que parecía ser el suyo, no pudo ver más porque su padre lo llevó de nuevo a casa mientras le tapaba los ojos.

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