Revista Cine
Directora: Fran Rubel Kuzui
Nunca he estado muy interesado en la serie de "Buffy the Vampire Slayer", de hecho ni siquiera sabía que la misma había sido primero una película dirigida por una señora que no ha vuelto a dirigir desde entonces. En todo caso lo que me llevó a ver esta película, además de su esperable tono ligero y algo paródico ideal para un fin de semana, es su interesante reparto, en el que encontramos a Donald Sutherland y Rutger Hauer, y en donde también dejan presencia Kristy Swanson (claro, es la protagonista), Hillary Swank (en su primera aparición el alguna película), David Arquette y un Ben Affleck no acreditado que se ve durante unos cinco segundos. En fin, basta de datos sacados de Wikipedia (¿de dónde si no?), mejor hablemos de la película.
Buffy es una superficial porrista cuyo mundo consiste en comprar la mejor ropa y esperar que su novio sea el tipo más cool de la escuela. Sin embargo, la chica es el último eslabón de una cadena de asesinas de vampiros, por lo que deberá prepararse para enfrentar a un mortífero vampiro que planea hacer suya la ciudad de L.A., aún cuando esa noticia es tan inesperada como inverosímil.
Ésta es más una película de dramas adolescentes que de vampiros, pero tiene a su favor que hace más interesante lo de los no-muertos que lo de los adolescentes, la típica fórmula de chica superficial que por alguna razón se da cuenta de que todo lo que le importaba en realidad es pura basura frívola y superficial, y que a partir de ahí debe mejorar como persona, de paso haciendo cosas que nunca se pudo haber imaginado en sus tiempos someros (como acercarse e incluso enamorarse del típico sujeto "marginal" -el marginal de los habitantes de Beverly Hills- que prefiere vivir alejado de la burbuja elitista y sus costumbres). La gracia de "Buffy" es que lo que desencadena este particular coming-of-age es el tema de los vampiros con la llegada de Donald Sutherland, el viejecito sabio que debe enseñarle a la porrista cómo enfrentar y matar vampiros, particularmente al malvado total que es Rutger Hauer. Puede que parezca que esté criticando, pero a mí me ha gustado el resultado, primero porque la película nunca pretende tomarse demasiado en serio (mucho menos al mundo que retrata), razón por la cual los elementos propios del relato adolescente fluyen sin premuras ni movimientos forzosos (algo que puede pasar con guionistas/directores que no saben aplicar las fórmulas sin un punto de vista propio -¿cómo hacerlo si a veces la misma cinta no tiene personalidad propia?-), y segundo, porque esta mezcla de vampiros sofisticados de la vieja escuela con vampiros sucios y vulgares habitando ambientes juveniles es, honestamente, atractivo. Por lo demás, el carisma de la protagonista es arrollador así que tampoco es difícil meterse en el relato; sumen a ello la presencia de Sutherland y Hauer y obtienen, insisto, un visionado ameno y entretenido. Eso sí, debo decir que al final a la película le pesa su toque paródico, pues si bien el feudo con los vampiros nunca adquiere un tono serio y dramático (quizás burlona y coquetamente solemne), sí da la impresión de que el clímax se queda con gusto a poco y que le sobra jocosidad, que no se hizo tan "seriamente" como correspondía. Yo creo que debió haber sido como en "Braindead", pero es que ésa era más gore (la podadora mata zombis era genial, ¿no creen?)... Ahora que lo pienso, la escena en que un vampiro adolescente hace de las suyas en un juego de básquetbol mientras Buffy intenta detenerlo me recuerda un poco a aquella de "Braindead" en la que el protagonista intentaba proteger a la gente de un bebé zombi, sólo que daba la impresión de que el tipo le pegaba a un bebé inocente... Pobres protagonistas; siempre da la impresión de que ellos son los locos violentos... Como sea, "Buffy" son ochenta minutos bien empleados, y Kristy Swanson está de lo más irresistible.