A mi padre le gustan los búhos, lo sé desde que soy un niño.
Colecciona pequeños objetos con su forma, algunos de piedra, otros de cerámica, algunos tejidos, algunos de papel. El material nunca le ha importado mucho, sólo el búho que allí vive.
Con los años le he regalado algunos que me han parecido tienen su nombre en él. Que se le va a hacer, hay regalos así, que tienen nombre propio.
Y, aunque creo que regalar arte (o artesanía) siempre es difícil, pues debes adivinar el gusto de quien recibe y no solo seguir el gusto propio, en algunos casos como el de la catrina de hace unos días o en el de este búho, es un gusto conocido y la suerte suele acompañar el regalo.
Este es solo uno de una serie de 6 que ahora adornar su pared.
Pintado con Oleopastel sobre cartulina negra. En unos días iré mostrando los demás.