Fecha del viaje: Abril 2012
Extracto de Mi Diario de Viajes:
Esperamos al único autobús que sale en domingo desde la estación de Oucha Kupel en Sofía. Este nos llevará por un trayecto de dos horas y media hasta el Monasterio de San Juan de Rila, ubicado entre montañas. Los billetes los compramos en la mismo autobús y nos cuesta doce levs que al cambio sale por unos seis euros.
Nos colocamos en la parte trasera para ubicar nuestras pequeñas mochilas y compramos agua para el camino. Atravesamos campos teñidos de verde y diminutas laderas. Paramos en Dunipsa sobre las 1130 horas y finalmente llegamos a Rila, que significa "montañas del agua".
La recepción del monasterio permanece cerrada hasta las 14 horas, cuando volvemos para hablar con el pope administrativo nos dice que esta todo ocupado por no haber reservado con antelación , así que ni cortos ni perezosos reservamos habitación en un pequeño hospedaje que se encuentra junto al río desde donde podemos apreciar la maravillosa vista del monasterio ubicado en el valle rodeado de montañas.
Nos encontramos en el recinto principal del monasterio, justo enmedio se ubica la Iglesia de la Natividad y junto a ella se encuentra la torre de Hrelyo, la construcción más antigua del complejo pues gran parte de el fue derruido al incendiarse en 1833 pero gracias a las aportaciones de los fieles búlgaros adinerados fue posible de nuevo su reconstrucción.
El monasterio fue fundado en el siglo X por San Juan de Rila, venerado Santo por su sabiduría y dotes curativas. Se retiró a Rila para escapar de lo que consideraba la degeneración de la sociedad. Sus seguidores le convencieron para establecer un monasterio por lo que se instaló en las cercanías y estuvo viviendo durante diez años en una cueva donde las estrellas eran su techo. Tras su muerte, los peregrinos acudían a venerar sus restos porque tenían poderes curativos.
Alrededor hay varias plantas con balcones de madera que rodean al patio principal y la iglesia. Los murales de frescos que se exhiben en el exterior de la iglesia son escenas de la Biblia con un sinfín de colorido y multitud de detalles realizados por los mejores pintores del país de aquellas épocas. Entre los más destacados frescos se encuentran los de Zahari Zograf y su hermano Dimitrîr, de la escuela de Somokov.
Dentro del monasterio está prohibido hacer fotos. Incluso no se permite entrar con camiseta de tirantes.El iconostasio está cubierto de pan de oro y hay tallas con elementos florales, imágenes bíblicas y simbólicas de personas y animales.En el ala derecha se encuentra la tumba de Boris III, supuestamente fue envenenado por los nazis en 1944 por salvar a los judíos búlgaros.También se conserva una urna de plata con la mano izquierda de San Juan de Rila.
Su tumba se encuentra en una pequeña ermita situada a tan solo unos pocos kilómetros paseando por un pequeño sendero.
Cae la noche, y a las siete asistimos a la misa donde nos encontramos solos con los popes que realizan su ritual de cánticos y oraciones. Uno de ellos nos bendice con el botafumeiro. Sin ser creyente, rompo a llorar por la emoción y rindo homenaje a la memoria mi padre, fallecido recientemente.