Revista Cultura y Ocio
Ilustración Thomas Saliot.-Javier Ramón Jarne-
Sé que eres adicta al vómito
por tus brillantes lágrimas sobre la piel blanca,
porque lloras con todo tu cuerpo como las serpientes,
desde la humedad de la noche inmóvil
hasta la abrasadora luz que hierve en los delirios,
eres un avefría llena de soledad.
Huyes de los espejos porque en ellos se refleja la carne mórbida,
la exuberancia de las viejas concubinas,
la grasa flotando en los estanques amarillos de la pereza.
Te acuchillas con palabras oxidadas en la infancia,
concupiscencia, molicie, ociosidad, inflaman el vientre.
Tu nombre aparece en el libro de las violaciones,
pero en tu piel no florece la sífilis.
Me conmueven las heridas abandonadas
en la luz.
Viajas hasta el fondo de cántaros llenos de angustia.
Tus caballos sin freno y el sexo aspirando el mar.
Buscas la culpa en lavabos anónimos,
devoras la sustancia del hastío.
Me conmueven tus vómitos
porque flotan en la oscuridad como peces muertos,
alargan el viaje en el insondable invierno,
hacen más deseable la fruta de tu boca,
de tu herida.
Tus vómitos son el llanto que corta como un cuchillo.