"Esto ayuda a que las personas vean el hostigamiento desde otra perspectiva diferente", comentó el coautor del estudio, Jay G. Silverman, profesor adjunto de la Facultad de Salud Pública de Harvard. "Probablemente haya una conexión importante que estamos obviando".
Los investigadores encuestaron a 1,491 hombres entre los 18 y los 35 años que acudían a tres centros de salud comunitarios urbanos; 80 por ciento eran afroamericanos o hispanos. Más del 40 por cientos de los hombres dijeron haber hostigado a otros chicos cuando eran niños, y 16 por ciento informó haber maltratado el año anterior a las mujeres presentes en sus vidas.
De esos que recientemente habían maltratado a las mujeres, 38 por ciento dijeron que con frecuencia hostigaban a otros siendo niños. Por el contrario, entre los hombres que no habían cometido maltrato el año anterior, solo el 12 por ciento habían sido hostigadores recurrentes cuando niños.
Solo 36 por ciento de los que recientemente habían maltratado a mujeres dijeron que nunca habían hostigado a nadie, en comparación con el 64 por ciento de los demás hombres. Sin embargo, el estudio no demuestra una conexión real entre el hostigamiento y la violencia doméstica, sino que más bien revela la posibilidad de un relación.
El hostigamiento y la violencia doméstica podrían estar asociados por un sentimiento de "derecho", comentó Silverman: "la sensación de que debido a que ellas son mujeres y usted es hombre, tiene el derecho a hacerlo".
Todd Herrenkohl, profesor adjunto de University of Washington, comentó que los hallazgos no sorprenden. "La evidencia es bastante clara en cuanto a que los jóvenes que hostigan corren el riesgo de presentar otras formas de conducta antisocial, entonces y más adelante en la vida", comentó.
Stephen T. Russell, director del Frances McClelland Institute for Children, Youth and Families de University of Arizona, expresó que el estudio aporta más pruebas de que el hostigamiento no es "simplemente un asunto del crecimiento".
"Por el contrario, es un signo de las formas en que nuestra cultura establece esos rígidos límites de la masculinidad 'normal' tan rígidos que estar a la altura de ser masculino es difícil sino imposible de alcanzar que muchos hombre jóvenes terminan reaccionando con violencia ante la feminidad y otras formas que constituyan una diferencia", comentó Russell. "La prevención del hostigamiento a menudo se centra en las conductas o en los individuos. Debemos enfocarnos en crear culturas de respeto y tolerancia por las diferencias".
En investigaciones adicionales sobre los hombres y la violencia, un estudio publicado en línea el 6 de junio en Archives of General Psychiatry afirma que los cerebros de los hombres violentos parecen diferir de los de los otros hombres: aquellos con antecedentes violentos tenían volúmenes más grandes de materias gris en algunas partes del cerebro.
Los autores del estudio, dirigidos por Boris Schiffer, de University of Duisburg-Essen en Alemania, hallaron que el volumen era más alto entre los hombres que habían sido agresivos durante sus vidas y entre aquellos con más tendencias psicópatas.
Desde | HealthDay News/HolaDoctor
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