Revista Cine

Buñuel, viaje a la España más profunda

Publicado el 03 febrero 2010 por Miguelmalaga


Recién comenzada la República, Buñuel pudo rodar este magnífico documental acerca de las duras condiciones de vida en la apartada región de Las Hurdes (Extremadura). Fue un amigo anarquista, Ramón Acín, quien financió el proyecto. Había prometido a Buñuel que si le tocaba la lotería le pagaría los gastos de financiación de una película. Pues resultó que ganó cien mil pesetas de la época y le dio a su amigo veinte mil.
El panorama que va a encontrar el director en Las Hurdes va a ser de pesadilla: los pueblos sufren un atraso medieval, apenas hay comida y las enfermedades campan a sus anchas. Las imágenes, ya deterioradas por el paso de los años, en blanco y negro acentuan aún más el horror de lo que estamos viendo: mujeres treintañeras que parecen viejas, niños que miran a la cámara con ojos de resignación y hordas de hombres afectados de cretinismo, enfermedad muy común en la región debido a la extensión de las relaciones sexuales entre miembros de una misma familia. La asistencia de los niños a la escuela parece muy poco en medio de tanta miseria, pero pone un rayo de esperanza para el futuro que en cualquier caso no va a ser generoso con Las Hurdes, como se sabrá más tarde.
Se le ha reprochado a Buñuel la manipulación de algunas imágenes, como la de la cabra que supuestamente cae por un barranco por accidente, cuando claramente se ve en la imagen el disparo que la abate, pero la idea del director era mostrar, denunciar y herir las sensibilidades y a tal fín sometió su trabajo. En cualquier caso los treinta minutos de documental contienen la cruda realidad de Las Hurdes y Buñuel consiguió que la sociedad de su tiempo pusiera la mirada en tan castigadas tierras, aunque la República poco pudo hacer para ayudar a las clases más desfavorecidas, a pesar de sus buenas intenciones.
En cualquier caso, a los ojos del espectador de hoy, "Las Hurdes, tierra sin pan" sigue constituyendo un formidable documento en el que Buñuel no ha de recurrir al surrealismo para conseguir imágenes de pesadilla. Esos hombres prácticamente animalizados son mucho más inquietantes que cualquier cuadro de su amigo Dalí.


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