Revista Cine

Buñuel y el Surrealismo en el inodoro

Publicado el 16 junio 2012 por Cinehólico


Buñuel y el Surrealismo en el inodoro

Enrique Rambal y Silvia Pinal al borde del colapso,  luego de que la cena se ha hecho hecatombe

 La maestría con la que Luís Buñuel mueve la cámara, encuadra e ilumina en un mínimo espacio a muchas personas que permanecen atrapadas en una mansión es un divertimento del que no importa mucho el origen o la razón del problema. Que en el indodoro del único baño al cual tienen acceso hombres y mujeres surjan abismos y cascadas de agua que pueden ser la puerta al infierno  o al paraíso parece anecdótico y banal. A nadie parece afectarle gracias a la forma intempestiva con la que han salido el statu quo. Intentan sobrevivir a la extraña fuerza que les obliga a no salir del lugar en el cual se encuentran hacinados.
La sociedad burguesa puesta sin adornos, sin privilegios,  los ricos y pobres, los matrimonios, los amores secretos, la alegoría religiosa, la incapacidad para escapar de las convenciones sociales. La dictadura de las relaciones y las conveniencias que impiden la libertad de las personas es una travesía de encuentros y desencuentros que se resuelve con sarcasmo.
En 1962 en su etapa mexicana el gran director surrealista español pone a protagonizar de nuevo a Silvia Pinal como lo hiciera en "Viridiana" junto a un puñado de buenos actores y actrices de todos los pelambres y edades (Jacqueline Andere, Enrique Rambal, Claudio Brook entre otros) en "El Ángel Exterminador", película coral en el que el gran acierto es el equilibrio con el que plantea situaciones, las desarrolla y las resuelve con fluidez y naturalidad para retratar de manera descarnada lo baneles, frágiles y pequeños que son los seres humanos, que en este caso, pertenecen a la clase privilegiada.
Se rodea del equipo habitual: Gabriel Figueroa el gran cinematografista mexicano quien desarrollara otras obras maestras bajo la dirección de Emilio "El Indio" Fernández, actuando al lado de la diva Dolores del Río. El productor Gustavo Alatriste (entonces esposo de Silvia Pinal) y el guionista Luis Alcoriza quienes le acompañaron en esta aventura mexicana que dio muchos de sus mejores frutos: "Viridiana" que se gana la Palmo de Oro en Cannes en 1961, "Nazarín", y quizas uno de los mejores films de caracter casi documental con actores naturales: "Los olvidados".
Luego de esta detacada carrera como actriz internacional, la Pinal terminaría protagonizando telenovelas, casándose con Enrique Guzmán y dando a luz a la cantante Alejandra Guzmán, quien de su madre hereda  la belleza y  de su padre rockero, la voz desgarrada que la convierten en una intérprete singular.

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