La fanpage de Burger King subió fotografías de un cambio de imagen en su restaurante: desde vasos y pegatinas.
El cambio de imagen no sólo involucró la infraestructura del restaurante, sino el propio nombre: de ser Burguer King cambio a Fries King, ahora concentrarán sus esfuerzos en las patatas fritas (algo raro para quien lleva por nombre el Rey de la Hamburguesa, ¿verdad?).
La marca, como cualquier restaurante de comida rápida, invierte millones de dólares en publicidad al año para diferenciarse de las demás marcas y posicionar atributos a sus productos y servicios. Lo que no me queda claro es porqué cambio sólo una sucursal, pero si me queda claro el riesgo que han corrido al hacerlo.
And you thought we were bluffing. Long live the #FriesKing! http://t.co/NpzauWThzB pic.twitter.com/WJJgB0IL3X
— BurgerKing (@BurgerKing) October 2, 2013
Aunque puedo deducir que éste cambio obedece a una campaña, no deja de ser extraño este procedimiento. La estrategia de jugar a cambiar el logo e imagen de una marca internacional para impulsar sus papás fritas, no sólo me parece arriesgada sino hasta tonta. Sea cual sea la justificación de su campaña, para mí sólo causa confusión e incertidumbre en los consumidores.