Revista Cine
Si alguno de vosotros sufre de claustrofobia lo va a a pasar realmente mal con Buried (Enterrado) de Rodrigo Cortés, eso sí, la película es muy recomendable, toda una muestra de que aún se pueden hacer cosas interesantes y creativas en el cine, sin por ello tener que dejar de lado el entretenimiento. Paul Conroy un contratista civil que trabaja en Irak, mientras su mujer y su hijo permanecen en EE.UU., despierta enterrado vivo en un ataúd de madera, tras un ataque de la insurgencia. Paul no sabe quién le ha enterrado vivo ni por qué, lo único que tiene a mano es un móvil y un mechero, así como una serie de objetos que irá descubriendo poco a poco en su encierro. Las trabas burocráticas serán otro de los grandes escollos a los que se tendrá que enfrentar, a la hora de pedir auxilio con su teléfono. El único actor que vemos en pantalla es Ryan Reynolds, quien con su excelente actuación, nos hace olvidar que él sólo está llevando el peso de la película. A través del móvil consigue hablar con otros personajes, pero nosotros permanecemos continuamente en el ataúd con él. La falta de oxígeno, la ansiedad, la esperanza, la derrota, las vivimos como propias. El gallego Rodrigo Cortés consigue con ésta, su segunda película tras Concursante protagonizada por Leonardo Sbaraglia, en tan sólo 1hora 35 minutos, mantenernos al límite. Lo mejor es ver ésta película en el cine, y a ser posible en versión original, es cine para sentir y sólo a oscuras en una sala de cine creo que se puede lograr esa atmósfera.