Revista Diario

Burkas de lactancia

Por 1maternidad_diferente

Burkas de lactancia

Últimamente, ya son varias las personas que me han preguntado en distintos ámbitos sobre los "delantantes de lactancia" y la verdad es que este "dispositivo" me toca las narices a manos llenas y de ahí el titular de mis post de hoy sobre burkas y lactancias. Y es que los delantales de lactancia me parecen un invento absurdo que crea una necesidad inexistente para las futuras madres.

Parece que alguien se ha puesto a pensar que las madres que dan el pecho a sus hijos gastan menos dinero en leche de fórmula, biberones, esterilizadores, cucharitas, termos y botecitos para transportar la cantidad correcta de polvos para preparar la toma, etc. Y, claro, ese dinero que se ahorran se lo tendrán que gastar en otra serie de productos y artículos que mantengan la maquinaria de mercadotecnia aplicada a la maternidad en marcha. Y de ahí parece venir la insistencia en los delantales de lactancia.

En primer lugar se crea la necesidad y ya está vendido el producto. La necesidad, obviamente, es la de taparse mientras se da el pecho de las miradas indiscretas. ¡¡¡Cómo si amamantar fuera un ejercicio de exhibicionismo!!! ¿Habéis visto a alguna madre dar el pecho recientemente? Porque en mi experiencia yo tengo comprobado que cada madre muestra la porción de pecho con la que se siente cómoda y a gusto.

  • Las hay que se ponen una camiseta interior de lactancia y una blusa o jersey que se abre y, entre una cosa y la otra, solo queda expuesto el pezón que enseguida tapa la cabeza del niño.
  • Las hay que usan una camiseta de lactancia y quizás dejen expuesta una porción ligeramente mayor de piel del pecho a la vista.
  • Las hay que usan ropa normal y se sacan el pecho con toda naturalidad en cualquier momento sin importarles si se les ve una cantidad mayor o menor de teta o el michelín que rebosa por encima del pantalón.
  • Las hay que amamantan a su hijo mientras lo llevan en un portabebé y, sin siquiera darse cuenta, lo hacen sin que el resto de la concurrencia se de cuenta de que está dando el pecho.
  • Las hay que directamente se olvidan de que se han sacado la teta y se dedican a cambiar al bebé o dejarlo en el carro con el pecho todavía medio fuera.
Pero, desde luego, todavía no he visto a ninguna madre amamantando usando uno de estos delantales de lactancia.

Quede claro que me parece lícita la necesidad de algunas madres de mantener su intimidad y no exponer ninguna parte de su cuerpo sin desearlo. Pero creo que hay otras maneras más normales, naturales y sensatas de hacerlo. Por ejemplo, cualquier gasa que llevemos para las babitas, para poner sobre el cambiador o similar, puede ponerse sobre el hombro de la madre, tapando el pecho en caso necesario. Igualmente se puede hacer con un fular, chal, portabebé o cualquier otra tela que tengamos a mano. Incluso el carrito se puede interponer como barrera entre la madre que desea intimidad a la hora de amamantar y el resto de la concurrencia.

Burkas de lactancia

Quizás lo que más me rechina de estos burkas de lactancia es la mirada desconectada que se ve en las imágenes publicitarias de estos cachivaches. Una madre sonriente, inmaculada, perfecta, sin ojeras y con cada pelo en su sitio, muy bien vestida y tan preocupada por su apariencia que elige un delantal de lactancia con bonitos estampados.

Pero, ¿dónde están las miradas al bebé? ¿Dónde queda la relación entre la madre y el bebé sino también obstaculizada por esa barrera?

Y lo que es peor ¿Qué siente ese bebé desconectado de su madre? ¿Cómo vive la oscuridad y microclima que se crea dentro de esa tela que le cubre?

Pero es que, además, ¿No atrae ese cacharro más miradas que las que supuestamente pretendía evitar? ¿No tenderá a crear una psicosis en la madre que piensa "si me miran así estando tapada, no puedo imaginarme lo que sería si no llevara mi delantal"?

Elección del paradigma
Quizás lo que más me molesta de estos trastos es el paradigma de maternidad que venden. Crean una necesidad donde no la hay y nos la meten con gracia y usando argumentos de peso: un producto esencial ( no sé cómo he podido vivir sin él durante cuatro años), lo usan las celebrities ( pero no explican que lo hacen acosadas por los paparazzis y regidas por una doble moral que en Estados Unidos lleva a la cárcel a miles de mujeres cada año por amamantar en público), permite usarlo para el carro o para el coche ( cuando te des cuenta de que te has gastado 40 euros en un trasto inútil), etc.

Detrás de todo este despliegue de márketing hay escondido un paradigma de independiencia de los bebés desde el minuto cero, de que la madre debe estar completamente reincorporada a su vida anterior a los pocos días de parir, de separacion entre la mujer y su retoño, que obviamente yo no puedo compartir. Y todo ello rodeado de las contradicciones que aderezan nuestro mundo hoy en día: después de parir con una completa falta de intimidad, con los genitales expuestos, en una postura de completa indefensión, se invita a las mujeres a mantener la discrección durante el amamantamiento. ¡¡¡Acabáramos!!!

Resumiendo, que me he marcado un desahogo y para eso tengo un blog. Por cierto, os dejo con la traducción del chiste que encabeza el post:

Incluso cuando se practica con discrección, las que se atreven a dar la ubre en público todavía tienen que soportar expresiones de asombro y desaprobación.

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