Revista En Femenino

Burnout, 12 consejos para prevenir el agotamiento mental

Por 9mesesbaby @9Mesesbaby

¿Es posible como madre llegar a un agotamiento mental?, ¿has escuchado hablar del Burnout o Surmenage?, ¿qué tan común se ha vuelto en estos tiempos?.

Estos días estuve conversando con varias amigas, todas me comentaban algo en común que llamó mucho mi atención, el agotamiento físico y mental por el que vienen pasando.

La presión del trabajo, de pretender ser la mamá perfecta, la esposa perfecta, tener el cuerpo perfecto, ha llevado o está llevando a muchas al agotamiento mental.

Hace unos años, mucho antes de ser madre, tuve yo también un agotamiento fuerte debido al stress, así que puedo entender a la perfección, lo serio que esto es, recuerdo que trabajaba en el día y estudiaba en las noches y como era joven claro, salía por las noches, a eso le sumamos que no me alimentaba bien, comía sanguchitos y cosas rápidas, estudiaba de madrugada, en fin, me exigía a mí y a mi cuerpo, ¡sin siquiera ser consciente que lo hacía!.  Y es que cuando entras en un nivel de exigencia permanente, no te das cuenta, no eres consciente de los mensajes que tu cuerpo te está mandando, piensas siempre que puedes más y te exiges y tu cuerpo entra en un ritmo tan fuerte que te es difícil desacelerar.

Es tan importante conocer nuestros propios límites, saber escuchar nuestro cuerpo y honrarlo.

Me preguntaba también que tanto es en realidad lo que la sociedad nos exige, ¿es así tan fuerte? O es quizás cuánto nosotros lo permitimos, si es así, vendría a ser más un tema de límites, de reconocer el llamado de nuestro cuerpo, de no exigirnos tanto, de aprender también a caer, a no ser siempre perfectas o al menos, según lo que consideramos nuestro ideal de perfección, tampoco querer tener tanto, a aprender a vivir con lo necesario, a aprender a ser feliz de las cosas pequeñas de la vida.

Una amiga, mamá de 2 pequeños, quien tuvo un agotamiento mental recientemente, me contaba que se encontraba en un trabajo que le exigía muchísimo, con un jefe muy controlador, lo cual le causaba mucha angustia y mucha presión. Saliendo del trabajo, corría a recoger a sus dos hijos aún pequeños, los llevaba a jugar un poco al parque o quizás a talleres, regresaba a casa, a cocinar, terminar de atenderlos, acostarlos, etc. Una vez que los chicos dormían, tenía que tener tiempo para su esposo, conversar, escucharlo, etc. Y más tarde, en el silencio de la noche, terminaba algunos trabajos que quedaron pendientes… ¿Y tiempo para ella?, ¿Cuándo?, mi bella entró en un ritmo tan fuerte, que no fue capaz de pararlo, ni siquiera cuando la doctora le dijo que tenía Burnout, seguía llevándose el trabajo a casa ¡y trabajaba por las noches! ¡Así de fuerte es!

¿Cuántas se sienten identificadas?

¿Tiempo para mí?, -me dijo- ¡ni hablar!, no hay tiempo ni para pensar en eso

Pero cada vez que te detienes en el espejo, hay unos segundos en los cuales ya no te reconoces… tu figura cambió, tu expresión en el rostro cambió, tu brillo en los ojos se apagó, solo vez preocupaciones, cansancio, un listado de cosas que hacer y otra de pendientes de pago.

Y te preguntas, ¿qué pasó con la chica llena de ilusiones, que quería comerse al mundo?, ¿en qué momento te volviste presa de lo que la sociedad te exige?, ¿en qué momento olvidaste quien eras, para volverte lo que se supone que eres? ¿cuándo perdiste la emoción que sentías por lo que hacías?

Un agotamiento mental es algo muy serio, síntomas:

“Lo principal es un fuerte sentimiento de impotencia, ya que desde el momento de levantarse ya se siente cansado. El trabajo no tiene fin y, a pesar de que se hace todo para cumplir con los compromisos, el trabajo nunca se termina. La persona que lo padece se vuelve anhedónica, es decir, que lo que anteriormente era motivo de alegría ahora no lo es, en otras palabras, pierde la capacidad de disfrutar. Aun cuando se tiene tiempo, se siente siempre estresado. A diferencia de lo que ocurría al principio, el trabajo ya no produce incentivos para la persona afectada con burnout. Visto por otras personas, aparenta sensibilidad, depresión e insatisfacción.” Fuente, Wikipedia.

Ahora, no necesitas solo estar trabajando fuera de casa para estar agotada, el trabajo dentro de casa, el dedicarse solo a los hijos y al hogar, puede llevar también a este tipo de agotamiento.

¿Qué aprendí yo del agotamiento que tuve hace muchos años?

  • Esa vez aprendí una nueva forma de amarme, aprendí que debo poner límites, que hacerlos es también amarme, no tiene nada que ver con el egoísmo.
  • Aprendí que no soy perfecta, al menos no de la forma que mi ego, mi mente, pensaba que era la perfección.
  • Aprendí a respetarme, a respetar mi cuerpo.
  • Aprendí a ser más ordenada, a cumplir horarios, a descansar a mis horas.
  • Aprendí a escuchar a mi cuerpo, sé cuándo comienza a cansarse y debo parar o cuando me enfermo, que quizás exageré y me engrío, me tomo mi taza de té, me siento a respirar, me siento a vivir.
  • Aprendí la importancia de comer sano y a mis horas.

Y la lista seguiría, lo importante es no olvidar que nuestro cuerpo, es el templo de nuestra alma y que como madres, tenemos una responsabilidad más grande a la hora de cuidarnos.

Si se sienten cansadas:

  1. Pidan ayuda, apoyo, a su pareja, a su madre, a una amiga.
  2. Si tienen niños pequeños, evalúen la posibilidad de ponerlos al menos una mañana en la guardería, yo hice eso con mi primer hijo, cuando tenía un año y medio lo metí una mañana a la semana en la guardería.
  3. No se exijan tanto, si la casa no está tan ordenada como ustedes quieren, no importa, las personas que las aman comprenderán, no es fácil tener niños pequeños en casa, además, mil veces que estén con sus hijos sentadas, riendo a que limpiando y no estando con ellos, tranquilas, no va a pasar nada.
  4. Si sienten que les falta el tiempo para hacer deportes, si su cuerpo cambió mucho desde que son madres y realmente es una angustia, respiren, el tiempo pasa rápido, la niñez de sus hijos pasa en un segundo, no es un cliché, por ejemplo, después de mi tercer hijo me quedé media panzoncita, jajajaja, y siempre me digo, está muy bien, tengo tres maravillosos hijos, eso no tiene precio, ¿verdad? No perdamos la perspectiva, ¡somos tan bendecidas!, ya habrá tiempo para ponernos en forma, paciencia.
  5. Si hacen colecho con sus pequeñitos y realmente no pueden dormir, evalúen el pasarlos a sus camas, mejor una mamá feliz y descansada, que una mamá malhumorada y con sueño.
  6. Sigan sus instintos, escúchense.
  7. Hagan algún ejercicio que las relaje, salgan a correr, monten bicicleta, vayan a nadar, etc.
  8. Salgan con sus amigas, a tomar un café, al teatro, háganlo de forma regular, salir con amigas es una de las mejores terapias.
  9. Rían, miren películas de comedia, la risa relaja.
  10. Sonrían, así no tengan ganas, hay estudios que dicen que sonreír, hace pensar la cerebro que estamos felices.
  11. Rodéense de personas positivas y llenas de buena energía, eviten las personas negativas.
  12. Mediten regularmente, diariamente si es posible, meditar les hará consciente de sus pensamientos, ningún pensamiento negativo o viejo hábito se hará presa de su mente, conclusión, se llenarán solo de pensamientos positivos y será eso justamente lo que atraerán.

De todas formas, si sienten algunos de estos síntomas, hablen, convérsenlo con su pareja, pidan ayuda, apoyo, el Burnout es algo muy serio, ámense, quiéranse, ustedes son maravillosas, tal y como son, respiren, todo está bien…

firma namaste

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