A veces hay que pisar sueños para hacerlos realidad
Este año, como algunos o quizás muchos sabéis (los fines de semana suelo quejarme en twitter de los trabajos y trabajitos que tengo que hacer) he decidido volver a las aulas. Hacía mucho tiempo que no estaba pacientemente (bueno, poco paciente) sentada 5 horas en viernes y 5 horas en sábado todos y cada uno de los fines de semana desde el pasado 5 de octubre y hasta finales de junio del año próximo. Y a decir verdad, al principio me costó, me costó mucho ocupar el otro lado de la clase (en los últimos 4 años he dado muchísimas más clases de las que he recibido), me costó mucho escuchar y atender, pero me costó poco descubrir que siempre, siempre hay cosas por aprender. Llevo casi tres meses en ello, a mis casi 50 he decidido emprender un Máster en dirección de comunicación y ése, es un motivo más para seguir alejada de Miraquebé.Sigo teniendo ganas de escribir, cuestiones que llaman mi atención y motivos para explicar y preguntarme sobre el bien y el mal, lo que somos y lo que seremos, lo que llega y lo que se va, pero, ni estirando las 24hs de cada día llego a todo lo que me gustaría. Así, hoy un domingo de vacaciones navideñas, entre Navidad y fin de año, he puesto los dedos en las teclas para escribir a propósito de un artículo que repiquetea en mi cabeza desde hace días.
El otro día llamó poderosamente mi atención un artículo que nos presentó Xavier Marcet en el Máster: Adhocracy for an agile age, una interesante reflexión sobre tres modelos organizacionales: la burocracia, la meritocracia y la adhocracia. En el artículo de Julian Birkinshaw y Jonas Ridderstråle se habla de la parálisis por el análisis de datos y el big data que sufren algunas organizaciones. Los autores abogan no por tener más información sinó en prestar más atención, lo valioso es el ROA (Return Of Attention). Debemos buscar el equilibrio adecuado entre información y atención. Cuando se dispone de los datos, obtener la respuesta correcta es imprescindible pero, en ocasiones, tomar decisiones de manera intuitiva y actuar con rapidez basándote en tu experiencia puede funcionar mejor (ésa es la base de la adhocracia).
Yo creeo que no existen organizaciones puramente burocráticas, basadas en la autoridad (bueno, la industria farmacéutica casi lo es), meritocráticas, basadas en el conocimiento o adhocráticas, basadas en la acción. Seguro que en cualquiera de ellas podemos encontrar, en ocasiones estilos limítrofes, es decir, organizaciones burocráticas con toques de meritocráticas y organizaciones meritocráticas con algún punto de adhocráticas, e incluso pueden ir variando con el tiempo.
Bajo mi punto de vista, determinadas cuestiones, incluso en una organización hiperburocratizada, pueden verse bajo el prisma de la adhocracia. Debería ser posible crear estructuras temporales para resolver un problema dado y disolverlas tras encontrar la solución como apunta Alvin Toffler en su libro "El shock del futuro".
Por todo ello, practicar de vez en cuando tomar decisiones basadas en las opiniones expertas de expertos de diferentes áreas o departamentos que colaboran buscando la mejor solución a un problema concreto seguro que, a todos, nos reportaría mucho más que el: lo haces porqué lo dice el que manda!!!