Revista Salud y Bienestar

Burocracia ruin

Por Carlos

La diferencia entre un sistema profesional y una administración burocrática podría radicar en la forma en la que se gestiona.

Cuando la burocracia significa un tipo de organización regulada por normas que establecen un orden racional para distribuir y gestionar los asuntos que le son propios (RAE) consigue ayudar a los profesionales y a los usuarios a canalizar las demandas y obtener una adecuada prestación.

Mientras que cuando la burocracia consiste en una administración ineficiente a causa del papeleo, la rigidez y las formalidades superfluas (RAE) y aún diría mas, a causa de las decisiones de jerarcas inexpertos, poco hábiles, no formados o sencillamente torpes, nos lleva al desánimo, cuando no al enfado.

Recortar significa eliminar lo que sobra. Si se aplica a necesidades básicas o logros sociales, se llama AMPUTAR y si se aplica a “chorradas” se llama NECEDAD.

Bueno pues después de este desahogo me explico y comento diversas medidas tomadas recientemente en algunos lugares de nuestra tierra, supongo que con la mejor de las intenciones para ahorrar dentro de lo posible.

BUROCRACIA RUIN

Hace días comentaba la maravillosa idea de gestión eficiente que suponía el aviso recibido en los centros sobre la necesidad de ahorrar en bolígrafos, de nuevo nos desayunamos con otra brillante idea sobre gestión sanitaria que consiste en ahorrar en el número de cucharillas que se le suministran a los pacientes.

No me extraña que ante tamañas ocurrencias, el propio gerente tenga que pedirnos consejo a los profesionales.

Como no creo que todos sean unos descabezados, (recuerdo a una compañera de curso que a la sazón es Secretaria General de Sanidad y a la que reconozco formación y experiencia) intento entender las propuestas que se lanzan y/o se aplican, pero aún asumiendo las premisas de las dificultades económicas me cuesta entenderlas.

Los pacientes me preguntan acerca de cuanto van a tener que pagar en la farmacia y aprecio su estupor o enfado ante la complicación de los distintos trámites para pagar el 10% o un 10% mas y luego pedir la devolución en el caso de superar ciertos límites, que previamente les habrán cobrado y empiezo a pensar si en lugar de las pegatinas de colores que algunos han explicitado no será mejor el “euro por receta”. Al menos eso se entiende fácil y uno puede saber a que atenerse.

Claro que luego, se plantean “5 euros por día” de estancia hospitalaria para la manutención, ya sabéis la llamada hostelería, y pienso si se permitirá al paciente traerse la comida de casa para evitar ese pago y alucino cuando escucho a un ministro de sanidad de 35 años, plantear el pago de las prótesis de cadera porque se ponen demasiadas en Alemania, motor económico de Europa.

Y entonces no puedo por menos que volver, en un ataque de romanticismo, a plantearme, si una atención primaria como Dios manda, no conseguiría, mediante un prevención adecuada y una planificación correcta, ser la puerta de entrada del sistema en lugar de ser un trámite burocrático ruin de distribución de pacientes.

Y me pregunto, analizando los escasos datos de farmacia a los que puedo acceder, si los casi 10.000 euros mensuales menos que gasto, o que ahorro (comparado con mi entorno, aunque las comparaciones sean odiosas) no son mas importantes que toda la colección de bolígrafos y cucharillas y otras jeringonzas con las que cada mañana nos desayunamos.

Y cuando un gestor me pregunta sobre las medidas de ahorro factibles, me vienen a la mente los recuerdos de otras épocas en las que los que ahora preguntan y ocupan puestos de responsabilidad, quizás tenían intenciones perversas cuando se negaban a implementar estas medidas porque el color político que las planteaba no debía ser de su agrado.

Y como ya soy mayor, he visto mucho, he sido gestor con el PSOE y con el PP con nombramientos del mismísimo Núñez Feijoo y como mi pueblo es muy pequeño (apenas poco mas de un millón de habitantes) y por tanto nos conocemos casi todos, me pregunto también si cada uno no somos rehenes de nuestro pasado.

Si, ya se que se han cometido muchas tropelías, pero me niego a volver a perpetrarlas sobre la base de la sostenibilidad del sistema sanitario tal y como lo tenemos ahora.

Y me duele cuando se recortan prestaciones, antes de racionalizarlas, y me duele no ser capaz de atisbar la foto final del proceso o lo que es peor, me duele sospecharla y por eso me preocupo.

No quiero ser agorero y me gustaría que además de preguntar lo que se puede hacer para mejorar, se nos escuchase y no te cuento si además se nos hiciese caso, y me gustaría que cada cual asuma su papel, grande o pequeño en esa sostenibilidad, los gestores gestionando (macro y meso) y los profesionales gestionando también (micro) y que cada uno comenzásemos de una vez a utilizar la parte superior del cuerpo para algo mas que llevar la corbata y/o el fonen al cuello.


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