Poco ha tardado la Fórmula 1 en regalarnos otra farsa en la que un conductor se hace pasar por salvador de un equipo otrora grande y venido irremediablemente a menos. Me estoy refiriendo, por supuesto, a la contratación de Kimi Raikkonen por Renault, o Lotus Renault, o LRGP, o Lotus solamente… el nombre es lo de menos.
La mayor virtud que tiene este piloto es tener un manager, Steve Robertson, que le vende en unas condiciones que no merece el poco pundonoroso finlandés, pues aunque es un piloto muy rápido, es adornado con muchos defectos que siempre suelen caer en el saco roto del olvido, pasado un tiempo. Y es que a los aficionados a la F1 se nos llena la boca en esta nueva operación de marketing, en la que nos venden a seis campeones del mundo juntos, sin atender a los méritos y circunstancias en que consiguieron sus medallas.
Todos están ilusionados con la vuelta del campeón finlandés (sobre todo las chicas), y hay que decir que a un dinosaurio como yo, nos crea el asunto cierta espectativa, ya que aunque la destreza deportiva de Raikkonen está fuera de duda, su profesionalidad tampoco dejará nada a la sorpresa, y Kimi se seguirá comportando como ese tipo frío, poco comunicativo, poco participativo, no muy trabajador, que tiende al desánimo con facilidad y poco entusiasta con los asuntos de su equipo. Otro punto fuerte es el reclamo publicitario que supone para los equipos donde está, y no debe sorprender a Gerard López una subida en los ingresos publicitarios bastante alta, que es para lo que le ha fichado, porque parece claro que el hombre de Renault es Kubica.
Por ese lado, puede que el equipo… iba a decir francés (ya ni sé de dónde es), tendrá una mayor capacidad económica, y por ende, de mejora deportiva clara. Pero por otro lado, no se debe olvidar que Kimi Raikkonen cobra mucho, muchísimo dinero. No sabemos a día de hoy los términos del contrato firmado por ambos, por lo que sólo se pueden hacer especulaciones, pero a todos nos queda claro que el nórdico no es uno de esos pilotos de pago, y que recibirá una millonada por sentarse en el bólido, da igual quién se los pague.
Esta contratación significa el desmembramiento completo del actual equipo, pues se aprecia que el futuro a corto plazo es la pareja Kimi-Kubica (da igual el orden, pues el polaco es persona sencilla a la que no le interesan esas cosas y el finés es todo lo contrario, y únicamente le interesa que le paguen, así le pongan de probador), por lo que estoy seguro que los patrocinadores rusos de Petrov y brasileños de Senna no estarán muy dispuestos a meter dinero en un proyecto del que los sacarán allá por junio, cuando Kubica vuelva a ocupar su lugar. Ya sabemos la canción, pilotos y managers ofreciendo sus servicios y millones aquí y allá, cerrándose poco a poco todas las opciones hasta casi el final, apenas dos semanas antes del comienzo de la temporada 2012, cuando el último en estas lides, Franz Tost, dé a conocer su pareja de pilotos.
No hemos de olvidar tampoco que Renault era la segunda opción de Kimi Raikkonen, que empezó sus negociaciones con Williams, el putrefacto equipo de Grove. Es curioso que una mejor oferta deportiva como la de Renault haya sido tomada como segundo plato. La jugada del finlandés creo que estaba clara, y ya sabemos todos por dónde iba, es decir, renunciando a una parte de su salario, pero ganando acciones del equipo. ¿Trataba de hacerse con el control de Williams en un tiempo? Probablemente, y sin duda, Frank Williams paró el golpe con dureza, como sólo sabe hacer él. Pero el día que Frank nos falte, parece inevitable que nuestro Williams pase a llamarse “Kimi Racing” o “Brunito GP”.
¡Ver para creer!