Revista Opinión

Burundi se acerca de nuevo a la guerra civil

Publicado el 21 mayo 2015 por Polikracia @polikracia

Anda revuelto Burundi desde la decisión de su Presidente Pierre Nkurunziza de optar a un tercer mandato. Según la Constitución solo puede estar dos legislaturas en el poder el máximo mandatario nacional pero él alegó que al haberle nombrado la primera vez el parlamento pues tiene derecho a otro mandato, tras deliberarlo el tribunal supremo del país le dio la razón.

Si nos fijamos en el artículo noventa y seis de la Carta Magna de esta nación pone: “El presidente de la República es elegido por sufragio universal directo para un mandato de cinco años renovable una vez”.

El caso se complica porque este Estado africano tiene una población dividida en dos etnias y hace escasos lustros que salió de una guerra civil. De hecho desde que empezó la inestabilidad por la contestación social a la medida han huido cuarenta mil tutsis del país. Los testimonios de los primeros refugiados, y de varias ONG, hablan de las acciones brutales que están llevando la Imbonerakure (Juventudes del Partido de Nkurunziza).

La violencia entre manifestantes y la policía se ha cobrado varias decenas de víctimas en las anteriores dos semanas al fallido Golpe de Estado. La oposición está compuesta por más de trescientos movimientos sociales entre los que destaca el Focode que tiene entre sus líderes a Gordien Niyungeko.

El CNS (Consejo Nacional de Seguridad) procedió en el fin de semana anterior a la semana del fallido Golpe Militar a exiguir el fin de las protestas y despejar los espacios públicos.

La agitación política ha pasado de la calle a los cuarteles y se ha producido un Golpe de Estado que fue sofocado aprovechando un viaje internacional del Presidente a Tanzania para asistir a la reunión de la Comunidad Económica del Este de África, debe precisarse que a través de la UA (Unión Africana) se dividió hace lustros África entre comunidades económicas para facilitar la cooperación a escala no tan ambiciosa como sería proceder a hacerlo de golpe a nivel continental.

El Golpe de Estado fracasó cuando los militares insurrectos asaltaron la televisión y radio públicas para comunicar la destitución de Nkurunziza, los duros combates que se produjeron entre estos y las fuerzas leales al actual Presidente concluyeron en la derrota de los golpistas.

El líder del Golpe de Estado ha sido Godefroid Niyombare, general de división y que fue jefe del Estado Mayor del ejército  e incluso embajador en Kenya,  así como hasta febrero jefe de los servicios secretos del país. En este último cargo estuvo solo tres meses al cesarle Nkurunziza ya que se opuso a su decisión de optar a un tercer mandato.

Es de la etnia hutu y participo en las negociaciones de paz de por el FNL, uno de los grupos guerrilleros hutus, y durante la guerra civil combatió contra los tutsi.

Puede que la interpretación de la Constitución hecha por Nkurunziza se ajuste a Derecho Constitucional pero está claro que los acuerdos de paz de Arusha limitan también a dos los mandatos. Por tanto su decisión pone en riesgo la vigencia de los acuerdos mencionados. Unos acuerdos en los que por cierto Nelson Mandela fue mediador.

La guerra civil que atormento a esta nación africana hasta hace poco tiene su base en la colonización belga, tras arrebatarle Bélgica el territorio a Alemania, cuando los ocupantes se apoyaron en la etnia tutsi. De este modo la susodicha comunidad alcanzó un estatus privilegiado que al independizarse Burundi institucionalizo esta superioridad.

Los perjudicados, los hutus, de origen bantú y dedicados a la agricultura sufrieron discriminación durante décadas.

El estallido de la guerra civil en los noventa debido a la muerte de dos Presidentes hutus, el primero de ellos por militares tutsis tras las primeras elecciones libres y el segundo al ser derribado su avión junto al mandatario ruandés, conllevó la muerte de varios cientos de miles de personas.

El actual Presidente, Nkurunziza, es de etnia hutu. De hecho su partido, el Conejo Nacional de las Fuerzas Democráticas de Defensa de la Democracia, era una antigua guerrilla hutu que actuaba contra el gobierno de Burundi dominado por los tutsis. Y Nkurunziza fue miembro de esta guerrilla durante la guerra civil.

La frágil relación entre las dos comunidades puede romperse en cualquier momento en este país que es el décimo más pobre del mundo y el segundo con la renta pero cápita más baja. Su superficie población y alta corrupción limitan su desarrollo a lo que hay que sumar ahora la inestabilidad política.


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