No te preocupes por la perfección, lucha por el progreso.
“Roma no se construyó en un día”, una labor importante lleva su tiempo.
Así que tomate tu tiempo.
Se trata de aprender de ti, más y más cada día y ya veras con el tiempo que tu progreso se convertirá en excelencia.
Lo más importante es desarrollar un método diario de operación: disciplina.
Si la autodisciplina no es un rasgo de tu personalidad, entonces necesitas trabajar en ello rápidamente, es decir YA, porque es la única forma en la que puedes avanzar.
Tienes que ser disciplinado y coherente cuando trabajas en algo porque es lo que te llevara a construir una base y a darte el impulso que necesitas.
El progreso implica aprender algo nuevo todos los días y luego ponerlo en práctica.
Para tener éxito, siempre hay que estar aprendiendo y progresando, con disciplina y compromiso y sin buscar la perfección, sencillamente porque no existe.
“Es razonable tener perfección en nuestros ojos para que siempre podamos avanzar hacia ella, aunque sabemos que nunca puede alcanzarse.”
– Samuel Johnson -
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