Buscando a Dory es la secuela directa de Buscando a Nemo. Dory tiene un problema de memoria a corto plazo, pero un día recuerda a sus padres, así que emprende un viaje por todo el océano para reencontrarse con ellos. Sus amigos, Marlin y Nemo, la acompañarán para evitar que se pierda.
Buscando a Dory comienza narrando los hechos que le ocurrieron a nuestra protagonista, la carismática Dory, cuando era pequeña. Los padres de Dory siempre tuvieron que tener mucho cuidado con ella, ya que
su memoria a corto plazo le impide sobrevivir por su cuenta en el océano. Cuando Dory se perdió, era ignorada por los demás peces, hasta que años después, se encontró con Marlin.
Un año después de lo ocurrido en Buscando a Nemo, Dory empieza a tener pequeños flashbacks de su infancia. Dory consigue recordar puntualmente a sus padres, así que decide no perder ni un segundo más y convence a Marlin y a Nemo para que la ayuden, empezando así su larga y olvidadiza odisea por el océano.
Para tratarse de la secuela de una película de animación, ha sabido mantener el nivel humorístico de su antecesora. Los fans de la precuela encontrarán algunas referencias y bromas sobre la primera entrega. Si no viste Buscando a Nemo, la trama se hace igual de llevadera y comprensible, al fin y al cabo, es una película para niños.
Buscando a Dory nos trae nuevas localizaciones en las que los pececillos se meterán en diversos líos, como el
centro de protección de especies marinas. El comienzo de la película es algo flojo, dado que emplean chistes ya usados en la primera entrega, pero a partir de la segunda mitad del film, es cuando la trama se pone interesante.
Sin duda alguna, los nuevos personajes secundarios son de lo mejor de la película, llegando incluso a eclipsar un poco a los protagonistas. Personalmente, encuentro al pulpo
Hank como el personaje más divertido de todo el largometraje, gracias a sus habilidades de camuflaje y su mal genio.
En su día, encontré la película Buscando a Nemo algo amarga, ya que me daba la sensación de melodrama encubierto, porque se buscaba mucho la lágrima fácil. Por suerte, en Buscando a Dory, los momentos humorísticos son más constantes y los momentos dramáticos están más repartidos, aunque siguen presentes.
En definitiva,
buena película de animación. Aunque acabes hasta las narices de frases como "Hola, soy Dory" o "Tengo un problema de memoria a corto plazo", la película te saca más de una sonrisa. Quizás no supere a su antecesora, pero desde luego no se queda atrás.
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