Revista Infancia
Con la noticia "su hijo tiene Sindrome de Down", vieneron las dudas, los temores se convirtieron en gigantes y las noches se hicieron más largas de lo acostumbrado,,,"-Qué cosas, jamás creí que podría ser tan fuerte hasta que pasé este periódo de mi vida"...
Como escribí anteriomente mi hijo era una hazaña, pues era el cuarto embarazo y el único que había sobrevivido, ya para mí era un ganador, un incansable de la vida, pues contra todo pronósitoco de muerte, él se aferró a la vida, pero recuerdo que al inicio sentí mucha culpa y me hice algunas preguntas que no tuvieron respuesta, pues aunque vivimos en tiempos modernos no logré encontrar en mi país ninguna organización de apoyo a padres de niños "Especiales" y entonces lo único que hice fue quedarme en casa a "descubrir", si se puede decir así ese "regalito envuelto" que Dios me había enviado, ¡y cuanta belleza fuí descubríendo!!!! wao,, cada día al pasar mi hijo me sorprendía y me llenaba de orgullo.
Un amigo me dijo esta frase"los niños especiales vienen bien equipados para quebrantar nuestro orugullo",,, que dura esa frase pues muy dentro de mi decía, -" nadie tiene porque saberlo, no es problema de nadie, a nadie le intereza"- en fín se trataba de mi vida y mi esposo y yo veríamos que hacer.
Recuerdo que me hice muy fuerte, y nadie podría creer lo que sentía pues siempre al levantarme me ponía una sonrrisa y me llenaba de ánimos; sin embargo tenía una lucha dentro de mí y sabía que nadie en este mundo (ni la ciencia) tenían una respuesta para mi, no tenía otra opción "necesitaba volverme a aquel que lo sabía todo", tenía que librar esa lucha, ganar esa batalla, hacer lo que no había echo todo este tiempo... por eso no olvido jamás lo que hice un domingo en la mañana, al llegar a nuestra iglesia, fue extraño, "recurrir a Dios sin reclamos y sin preguntas era algo que no había echo desde esa noticia" así que ese domingo solamente pasé al altar para darle gracias a Dios por lo que me había dado y porque en medio de mi camino él no me había dejado sola; pues decía "Tengo que dejar mis miedos, mis culpas, mis angustias en manos de alguien que si podía hacer algo con eso estaba cansada de llorar a solas de sufrir en silencio y de estar llena de dudas...- me refiero a Dios - y así lo hice ese domingo ahí arrodillada en el mismo altar donde le habíamos pedido mil veces a a Dios que nos diera un hijo, ahí mismo empece a decirle lo que sentía y que necesitaba con desesperación su ayuda,, ¡y cómo no iva a darmela, era mi padre,, y los padres saben dar cosas buenas a sus hijos!
Ese ese día decidí que solo con su ayuda tendría la fuerza que necesitaba,,, sí!!! ese día me puse a cuentas con mi creador y acepté con amor mi responsabilida además yo se lo había prometido!!! y tenía que cumplirlo, Samuel tenía que ser feliz y esa era nuestra tarea.
Saben ese día sentí que un gran peso se quitaba de mi porque había vuelto al que me creo, al que creo a mi hijo,,,A DIOS.
Despues de ese día recuerdo que sentí mucha paz y tranquilidad oré y acepté a José Samuel tal como era,, recuerdo que lo dije en voz alta,,,"Dios acepto a mi hijo tal cual es sin intentar cambiarlo, haré lo que pueda por lograr grandes cosas con él, y nunca pero nunca acpetaré la derrota en nuestras vidas, de mi hijo solo vendrán cosas buenas, y yo las acepto"...
Que cosas tiene la vida, entre más una se acpeta así misma y se encuentra con su creador, más paz destila nuestra vida....
"En esta fotito, mi hijo tiene menos de un mes,, y yo ya era la madre mas feliz del mundo"...