Revista Belleza

Buscando una única verdad

Por Hogaradas @hogaradas

Por Hogaradas
Es cierto que los obstáculos en el camino hacen a uno más fuerte, que los inconvenientes a veces lo que consiguen es descubrir una fuerza interior que de otra manera no habríamos sabido jamás que teníamos, pero también es verdad que muchas veces es preferible que la vida sea un camino de rosas, un velero en el mar dejándose mecer por el vaivén de las olas, todo menos convertirse en una lucha casi diaria contra los elementos.
Esa era su sentimiento en un día que se anunciaba magnífico, lleno de buenas noticias, esas tan esperadas desde hacía tiempo y que sin embargo se negaban a salir a la luz. Pero los problemas no se resuelven obviándolos, sino haciéndoles frente, y probablemente la luz de ese día especialmente soleado los hubiera hecho más visibles a pesar de intentar convertirlos en todo lo contrario.
Las palabras quizás en otra ocasión le hubieran parecido duras, no en ésta, una vez escuchadas tantas otras veces, dulcificadas por la misma música que cada día que las oía las hacían menos perceptibles y por tanto menos dolorosas. Buscando una única verdadNada nuevo bajo el sol, otra vez lo mismo de siempre en sus diferentes versiones para llegar cada uno a las mismas conclusiones, tan dispares si tenemos en cuenta que se basaban en la misma realidad. Pero es verdad que todo depende del color del cristal con que se mire, y era evidente que en este caso esos cristales tenían unos colores opuestos y completamente diferentes.
Ese día recordó aquella frase de un poema de Machado: “tu verdad, no, la verdad, y ven conmigo a buscarla, la tuya guárdatela…”
En este caso no consideraba que existiera otra verdad, otra manera de ver las cosas, a menos que se quisieran ver de otro modo aun siendo conscientes de cómo eran, pero la realidad era esa, y una vez más la pared estaba ahí para darse de bruces contra ella, una vez más, como tantas otras.
Hay personas a las que parece habérseles negado la felicidad de estar juntos, como si fuerzas extrańas y ajenas a ellos se empeńaran una y otra vez en truncar ese camino en común. Pero dicen que el pensamiento es muy fuerte, que el poder de la mente es ilimitado y que los sentimientos pueden mover el mundo, al menos el nuestro, a poco que nos lo propongamos.
Mi consejo fue ese, pensar en el amor y sentirlo, que dejara que todo su cuerpo se empapara de él para así transmitirlo al exterior y que su halo envolviera todo a su alrededor.
A veces estas sillas frente a mi mesa se convierten en un auténtico consultorio, y hoy ha sido una de ellas. Una historia de amor contada por alguien venido desde muy lejos, alguien que depositó su confianza en mí para contármela y a quien espero haberle dado el mejor de los consejos para intentar ayudarle.

Fotografía - DANIEL GONZÁLEZ ZAPICO


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