Una de las grandes sorpresas del viaje es la forma de moverse por estos países, hay muy diversas maneras, las principales: el barco por el río Mekong, los vans privados de hasta 9 personas, los aviones para los que tienen menos tiempo y que comunican entre ambos países todos los destinos principales, pero sobretodo y lo más utilizado, los autobuses (imag01).
Esto no sería ninguna novedad si no fuera porque cuentan con algo que no había visto ni en los buses de Sudamérica ni en los Europeos, y es que tienen la instalación hecha para poder ir cantando como en un karaoke durante el viaje (los asiáticos adoran el karaoke), hay unos altavoces inmensos dentro del habitáculo (imag02) e incluso por fuera (imag03) van decorados con muchísimas lucecitas que bien recuerdan a los karaokes de verdad.
Por fortuna, en los buses que tomé no había tantos laosianos como para organizar tal festival dentro, eso si, lo que más viene a mi mente ahora fue el peor viaje que recuerdo de mi vida, incluso mucho peor que algunos tramos en Bolivia, el trayecto de 8h desde Vientiane a Luang Prabang, hay tantos baches, giros, golpes y frenazos que se hace casi imposible dormir, y si lo haces, es mejor llevar un cojín hinchable al cuello porque las torticulis al día siguiente, van que vuelan!!