Llega una nueva entrega de Patricia La Camera y el tema no podía ser más acertado. En su post encontrarán una pista de dónde estaré los próximos días. Me tomo unas minivacaciones. Volveremos a vernos en una semana. Les dejo con la entrada de Patri.
En este asunto hay tres culpables y los tres con nombre propio. Danielle, Londres y My Blueberry Nights. Durante nueve meses de embarazo no tuve antojos. Estuve enganchada al sushi, pero eso fue antes, después y hoy. En ese tiempo, di rienda suelta a una pasión que llevaba años dormida; la repostería. Una pasión que desempolvó distracciones e invitó a ciertos miembros de mi lista de entretenimientos preferidos. La fotografía, la decoración y el placer de ver disfrutar a los demás. No podía pedir más.
Una copa de vino, buena música, mucho amor...¡et voilá! Un pumpkin Cake para chuparse los dedos. Endulzar el mundo y conseguir que entre por los ojos es todo un reto maravilloso. Al llegar a este punto, siempre me teletransporto a Londres. Nuestros paseos por Marylebone, Saint James Park, las visitas de domingo a Spitafields y los eternos “tea breaks”. Una ciudad llena de rincones que conjugan a la perfección y con los 5 sentidos el verbo placer. Lugares mágicos, donde sentarse con un taza de té, va más allá de la acción en sí.
Les cuento una historia. De fondo, Sara Vaughan entona “April in Paris”, huele a canela, a nuez tostada y te acomodas en una butaca que, si hablara, contaría historias de otra época. Al fondo, unos cake stands de cristal que parecen sacados de una película y en su interior, deliciosos tesoros. Si te concentras puedes ver, cada vez que los destapan, unas luciérnagas levantando el vuelo. Layer cakes, cupcakes, macarons, un esponjoso pie de limón… un universo sensacional plagado de sabores. La estética es clave para lograr esta atmósfera que a tantos sentidos complace.
Sea cual sea el fin, para reir a carcajadas o para hacer llorar, por amor al placer o al lujo, la industria actual consigue reproducir, en ocasiones, estos escenarios a la perfección. Será mi lado romántico, pero este dulce capítulo capta cada uno de mis sentidos. Todo importa y todo tiene que ver. Que nada se escape. Cada ingrediente tiene su porqué. Es la clave para que el concepto eclosione.
Les dejo con algunos de los fragmentos, otros no he podido localizarlos, de algunas de las películas que anidaron en mi cabeza por su dulce sensación: My Blueberrynights, Maria Antonietta, Alice in Wonderland.
Vía: Jr Magazine (Betty Blythe), Sweetapolita, Eclecchic, Vintage Bakery by La CameraBy La Camera