Revista Opinión

Bye bye, IU, Hellow, Podemos?

Publicado el 05 noviembre 2014 por Eowyndecamelot
IU-Podemos

IU-Podemos

Que no se me malinterprete: no estoy expresando un deseo, sino un convencimiento al que he llegado no sin bastante pesar; no en vano he militado en esa organización desde prácticamente la adolescencia, y aunque hace un par o tres de años dejé de integrar su filas, continúo en contacto con compañeros que ahí siguen, y que destacan por ser grandes personas y estar firmemente comprometidas con la sociedad. Algunos podrán decir que estoy exagerando, y tal vez realmente la realidad no supere mis temores, o ni siquiera los alcance, pero lo que está claro es que IU ha perdido su tren. Quizá definitivamente.

La pregunta (las preguntas) son: ¿Lo hemos hecho mal… o los otros lo han hecho rematadamente bien? ¿Nos ha fallado la comunicación… o tal vez ha sido la financiación? Quisiera saber por qué no hemos sabido presentarnos como alternativa, por qué no hemos resultado creíbles cuando decíamos que podíamos cambiar las cosas, por qué se nos acusaba de ilusos con el mismo programa que ahora a todo el mundo le parece viable, por qué no hemos rentabilizado la enorme implicación de la gente de nuestra bases, por qué hemos huido tan velozmente de mesianismos o no hemos logrado crearlos, por qué cuando hemos intentado unir a las izquierdas nadie se ha enganchado al carro y cuando hemos exhibido divergencias se nos ha echado en cara nuestra disensión. Algunos piensan que fuimos demasiado contundentes, intransigentes, que nos aferramos con excesiva fuerza a consignas supuestamente pasadas de moda (ojo: estoy firmemente convencida que el hecho de que el comunismo como forma de gobierno haya fracasado en muchos estados no tiene por qué dejar sin validez esa ideología. El capitalismo ha sido el gran fiasco en el ámbito global, y ¿quién lo cuestiona?). Otros, al contrario, denuncian la pusilanimidad de esta formación, la traición a su ideario original, los pactos contra natura (los mismos que otros alabaron por mor de la normalidad democrática). Ni siquiera los escándalos de corrupción que han salpicado a contados miembros de la cúpula han sido decisivos en nuestra contra, ya que se han visto como un hecho aislado.

¿Entonces? ¿Se podrá decir que sencillamente no hemos tenido la suerte de aparecer en el momento adecuado?

La ascensión de Podemos, según el CIS ahora mismo primera fuerza en intención de voto en España, ha sido inusualmente meteórica. Tanto que, con todos mis respetos, resulta algo escamante. Aunque hayan sabido canalizar al indignación de una mayoría de la ciudadanía (y no solo de la de izquierdas, tengámoslo en cuenta), resulta asombroso que, en un país en el que sus gobernantes prefranquistas, franquistas y postfranquistas han triunfado en desmovilizarnos y aculturizarnos, en un país de elites cuasi feudales que se han caracterizado, desde el inicio de nuestra historia como nación, por someter al pueblo con poco pan, mucho circo y nada de educación, los de Pablo Iglesias hayan conseguido hacernos reaccionar. Se ha hablado de la Operación Coleta, o de cómo Podemos no sería sino un experimento para marginar a IU al servicio de oscuros poderes empresariales que no acabó de funcionar como se esperaba (¿o sí?); de las financiaciones por parte de gobiernos más que discutibles (entre los cuales no está Venezuela); de la (sospechosa) ubicuidad mediática de su líder desde 2012, cuando los que hemos trabajado en comunicación en movimientos de izquierdas sabemos lo difícil que es se nos considere en los medios del Régimen (o sea, todos), en algunas declaraciones con ecos de viejos discursos de Primo de Rivera… Pero lo que es incuestionable es que ellos ESTÁN AHÍ. Y nosotros ya no.

Mi intención no es buscar culpables ni motivos, ni del fracaso de unos ni del éxito de otros: IU no es ni mucho menos el partido en que yo querría militar, pero el fenómeno Podemos va más allá de los errores que hayamos podido cometer o que realmente hayamos cometido los primeros, e incluso más allá de la excelencia, real o figurada, de los segundos. Un vez que las cosas han llegado a este punto, cuando IU no solo ha perdido la posibilidad de poder a medio plazo implementar su programa político en este país, sino también su espacio tradicional, se impone una tarea ímproba pero necesaria, absolutamente necesaria: colaborar con el vencedor, colaborar en todo aquello en lo que coincidamos, colaborar con el apoyo, la crítica y, sobre todo, la vigilancia. A Podemos le validará o no su comportamiento futuro, y nosotros nos alegraríamos si logran erradicar este sistema enfermo y corrupto desde antes de nacer, devolver el poder al pueblo e instaurar un modelo de verdadera justicia social. Pero si se dejan seducir por el poder y sus mieles, o si nunca fue su intención la que vienen proclamando…

 … entonces deberían de tener cuidado con nosotros.


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