Ca Pachín

Alegría para la vista, festival para el oído, regocijo para el espíritu, tónico cardiovascular, activo reconstituyente... En la larga lista de beneficios que aguardan a quienes se deciden a internarse por uno de los muchos senderos que recorren el paisaje asturiano, no hay que olvidarse de incluir el que supone descubrir lugares, más o menos alejados, más o menos ocultos,  que, probablemente, no encontraríamos de no ser por el deseo de conocer nuevas rutas.
Tal es el caso de Ca Pachín, una recomendable casa de comidas, que no hubiéramos encontrado de no ser por aquello de buscar una alternativa a una visita dominguera al mercado de Grado. Que hay tiempo para todo: mercado, buena comida y un sendero para caminar. El orden de las actividades ya queda para cada cual.

  Ca Pachín
Puente Seaza, s/n., Villandás (ver mapa)
Grado
Teléfono: 985 753 385
Tras recorrer cerca de ocho kilómetros por la GR-4, que tomamos en la desviación de San Pedro de los Burros, llegamos a un paraje encantador: runruneo del  arroyo que desciende bajo el puente, variedad de verdes que descienden montaña abajo... Allí está, «Ca Pachín. Comidas y bebidas. Desde 1920». Tanto tiempo y nosotros sin enterarnos de su existencia. Parece ser que el establecimiento fue durante bastantes años un chigre-tienda, de esos tan habituales en la zona rural de Asturias, que no sólo servía comidas y bebidas, sino que también abastecía de todo lo imprescindible a las gentes de los lugares próximos. En la actualidad se ha convertido en un núcleo de turismo rural, como los llaman ahora, compuesto por dos edificios rehabilitados y bien conservados situados a ambos lados de la carretera y un aparcamiento. Una vez dentro, todo es acogedor empezando por el recibimiento que nos dispensan los propietarios.
El comedor situado en la planta baja, pequeño pero sin apreturas,  está diseñado sin estridencias. Piedra, madera y luz para que el comensal se sienta cómodo.   En cuanto a la comida, que es el asunto que aquí nos trae: o bien lo que ofrece la carta o bien el menú que hoy corresponde al de los días festivos. En cuanto a lo primero: embutidos, quesos, tortos con picadillo o cabrales y ensaladas en el apartado de Entradas; Fabada, Fabes con almejes o Arroz con pitu, en el de «Platos de cuchara»; Pitu, Adobo con patatas, Cachopo, Escalopines al queso, Callos o Conejo guisado entre los Segundos. Aunque la oferta es sugerente, nos decidimos por el Menú Festivo, opción que suele ser casi siempre recomendable por aquello del precio cerrado, sin sorpresas; aunque,  claro está, dependiendo de que lo que te ofrezcan te resulte apetitoso. Como sucede en este caso.
Veamos. De primero: Pote asturiano o Repollo relleno; de segundo: Bacalao con pisto o Carne guisada. Además una opción comodín: Frixuelos rellenos de marisco, que se podía pedir tanto de primero como de segundo. Si sugerente fue la oferta, satisfactoria fue la degustación. El repollo estaba muy bueno, al nivel de los mejores que hemos comido, algunos en establecimientos muy reputados. Los frixuelos, exquisitos. En cuanto al bacalao, irreprochable.  Queda para el final el asunto de los postres. De los tres que nos ofrecieron, nos quedamos con los dos caseros y no sabríamos decir cual estaba mejor pues si la Tarta de tres chocolates, estaba buena, por más que el blanco parece que sabe a menos, el Flan de queso, estaba delicioso, suave y sabroso.
De lo hasta aquí dicho bien puede deducirse que esta casa de comidas resulta muy recomendable aunque para llegar hasta ella haya que recorrer los catorce kilómetros que la separan de Grado.
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