Revista España
En un caballo andaluz, de la generosa raza que al sacro Guadalquivir le suele pastar la grana: Castaño oscuro, fogoso, cabos negros, gruesas ancas, ancho pecho, recios brazos, corto cuello, cola larga, chica cabeza y orejas, crines grandes y encrespadas, gallardo, brioso y ligero, y humilde al freno que tasca Duque de Rivas
Hasta 1995, las Caballerizas de Córdoba fue el establecimiento hípico en activo más antiguo del mundo. Intereses oscuros, la incuria, la desidia, la indolencia del cordobés, propiciaron -como si hubiera habido una guerra- el éxodo a Écija y Jerez, terminando así con 442 años de destacada historia ecuestre cordobesa.
Las Caballerizas Reales de Córdoba, se construyeron en 1570 mediante Real Decreto de Felipe II, los terrenos en los que se levantó el edificio, fueron las caballerizas del palacio califal, estas alcanzaron su mayor esplendor en el reinado de Alhakén I acogiendo más de dos mil caballos. La intención del Rey, fue crear en Córdoba una nueva raza de caballos, el Pura Raza Español… El Caballo Andaluz. Así que podemos decir que desde 1567 con cruces de caballos y yeguas, se consiguió una magnifica raza de caballos prefabricada, ¡Vamos! como los aztecas con el maíz
Tras el incendio del 1757, se reconstruyo la cuadra principal
El edificio a lo largo de su historia ha tenido modificaciones: pabellones nuevos, una cuadra de menores dimensiones, así como un picadero cubierto de principios del XX
Desde 1929 son Patrimonio Nacional así como Monumento Histórico