Primer premio. Una estructura modular de madera resuelve la estructura, el espacio de guardado y graderías. Clarín.com, Arquitectura
AFT, los ganadores del concurso para la Biblioteca Central del Bicentenario de Rosario se jugaron por la madera. Todos los trabajos premiados.
Por Paula Baldo
Entre los 127 trabajos presentados en el concurso de ideas para la Biblioteca Central del Bicentenario (BCB), en Rosario, el jurado se inclinó por una propuesta osada: un edificio resuelto íntegramente con madera, donde los sectores de guardado de los libros funcionan a la vez como circulaciones y organizadores del espacio.
La BCB forma parte del Plan Estratégico Rosario Metropolitana. Estará ubicada en la zona sur de la ciudad, en un terreno de 15,4 hectáreas adyacente al Centro Municipal de Distrito Sur proyectado por Alvaro Siza. Buscará erigirse como un polo cultural y educativo barrial, un lugar de encuentro para los vecinos. Todo esto apoyado sobre de tres ejes conceptuales planteados desde las bases del llamado a concurso: innovación tecnológica, inclusión social y sustentabilidad.
La propuesta ganadora de Atelman, Fourcade y Tapia, se valió de una estrategia que sus autores comparan con un “caballo de Troya”. A partir de un edificio muy permeable , el estudio cordobés imaginó una arquitectura capaz de albergar actividades con alta convocatoria y complementarias a la biblioteca: deportes tradicionales y alternativos, áreas verdes, parque para niños, salas de cine y de eventos culturales, cafeterías. “Estos estímulos se convertirían en el primer atractivo para aquellos que difícilmente visitarían una biblioteca, para después desarrollar naturalmente un interés genuino”, explican los autores en la memoria del proyecto.
A partir de este concepto de “ancla” pensado sobre todo para los más jóvenes, el proyecto ganador entrelaza de forma indisoluble sus dos componentes, edificio y espacio público , deshaciendo los límites entre ellos. “Desde el emplazamiento y sus accesos cualificados y la conformación de espacios exteriores útiles a usos de distintas generaciones, que convergen en compartir la cubierta como expansión integrada , el edificio se luce como una continuidad externa de solados, texturas y sorpresas”, sentenció el jurado.
El equipo ganador resolvió el programa prácticamente en una sola planta , un dato que el jurado destacó como beneficioso tanto para la accesibilidad como para la relación con el entorno. Las actividades de carácter público se distribuyen en la fachada norte para retroalimentarse con el flujo de personas que genera el Centro Municipal. A su vez, el sector para niños y jóvenes se concentra en el corazón del edificio y las aéreas de lectura, en la cara sur, para aprovechar la luz natural.
La estructura espacial se organiza a partir de una grilla de columnas y vigas que constituye el esqueleto principal: “Unos entramados ortogonales de tableros contrachapados de madera sirven simultáneamente como estanterías para los libros y dividen los ambientes”, explican los autores. Estos entramados, dispuestos en sentido norte-sur, también funcionan como un brise soleil .
La madera en sus diferentes formatos es el material elegido para esta biblioteca de vanguardia. Además de contrachapados para los cerramientos y el equipamiento, la propuesta incluye madera laminada para la estructura y maciza certificada para otros detalles. Al respecto, uno de los jurados, el arquitecto Jorge Hampton, explica que el material elegido fue objeto de un arduo debate por su “connotación de fragilidad” y eventuales problemas de mantenimiento. Finalmente, y dejando de lado los prejuicios respecto de la materialidad propuesta (particularmente en sus aspectos estructurales), el jurado recomienda en el dictamen: “es una oportunidad única para generar un edificio calificable LEED en Rosario y el uso extendido de la madera es el vehículo adecuado”.
vía Caballo de Troya para la cultura.