Revista Cultura y Ocio

Caballos lentos. Mick Herron

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Caballos lentos. Mick Herron
     "Así fue como River Cartwright se salió de la pista rápida y se integró entre los caballos lentos".
 

     De vez en cuando me apetece una novela de espías. Es un género que siempre me ha gustado y que tengo la sensación de que ha ido a menos. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Caballos lentos.

     Los llamados caballos lentos son agentes del MI5 que no tienen el nivel suficiente para estar en el MI5 o, en muchos de los casos, que metieron la pata de forma imperdonable. El caso es que ahora están condenados a realizar tareas repetitivas que nadie quiere comandados por Jackson Lamb. Dentro de este grupo se encuentra River, cuya apasionante tarea es transcribir conversaciones interceptadas entre móviles. Cuando un hombre es secuestrado bajo amenaza de ser decapitado y retransmitido en directo, todos se ponen en marcha. La hipótesis general habla de terrorismo pero Lamb no parece ir por el mismo camino y River ve en ello una oportunidad para redimirse y, tal vez, salir.

     Digamos que es una novela de espías, pero no exactamente una novela de espías. Y es importante saberlo porque, cuando te dice la publicidad que está entre las veinte mejores novelas de espías de todos los tiempos, uno puede pensar que está ante una novela con un corte determinado. Aquí tenemos a Jason Lamb que es un desastre de hombre y a todo un equipo lleno de peculiaridades que poco o nada tienen en común con James Bond. Ni falta que les hace para dejarnos una novela la mar de entretenida, la verdad.

     La novela comienza con pausa presentando a los personajes y explicando un poco qué les ha llevado a este curioso departamento, aunque ya en las primeras páginas nos damos cuenta de que estamos ante una lectura ágil y amena, para ir aumentando el ritmo a medida que avanza hasta convertirse en uno de esos libros que se leen prácticamente del tirón. La trama está asentada en la actualidad y también en los "fallos" se asienta en una credibilidad con la que juega mezclándola con altas dosis de sentido del humor. Negro en la mayor parte de las ocasiones, por supuesto. Hay que destacar también la visión de la actualidad que representa, sobre todo si tenemos en cuenta que hace aproximadamente diez años que se escribió y que ya vislumbramos algunas de las cosas que han ocupado los periódicos (y ocupan) en los últimos tiempos.

     Caballos lentos me ha gustado. Es una novela bien escrita con un ritmo creciente y que me ha hecho pasar un buen rato. Volveré por la Casa de la Ciénaga.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.


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