Revista Cine

Cabeza borradora (Eraserhead)

Publicado el 23 marzo 2015 por Srinterrogante

Aviso: este artículo es una revisión en profundidad de la película Cabeza borradora. Se desvela todo lo que ocurre en la película.

David Keith Lynch nace en Montana, Estados Unidos, el 20 de enero de 1946. Pese a ser hoy el abanderado del cine desconcertante, de mirada compleja y coqueteos con el surrealismo, su infancia fue tan normal como la de cualquier otro joven norteamericano de su edad. Hijo de un matrimonio de biólogos, crecería entre vegetación y parques naturales. Si bien podemos divagar sobre el origen de su inquieta mente, demos gracias por la misma y pasemos directamente a analizar sus frutos.

Cabeza borradora (Eraserhead)

David Lynch es director de once largometrajes. El último, Inland Empire, estrenado en 2006. Además, suya es la autoría de múltiples cortometrajes, anuncios, guiones, y de una famosa serie de televisión llamada Twin Peaks, fenómeno fan donde los haya y que ha anunciado un regreso para el próximo año.


Técnicamente es de rigor observar lo competente y cuidado que es el trabajo de todos los profesionales involucrados en la cinta, pero especialmente de tres: de su actor principal, de los responsables de sonido, y del propio director. De este desarrollaremos en adelante mucho sobre su trabajo, pero el actor Jack Nance y el diseñador de sonido Alan Splet merecen una mención clara.

Jack Nance establece una actuación meritoria por lo difícil de llevar a tal nivel de empatía un personaje perdedor como el suyo. Habitualmente en el cine es más sencillo que el espectador sienta simpatía por personajes con herramientas sociales, triunfadores. Lo sorprendente en esta historia es como nos cautiva el pardillo de Henry Spencer. Si bien el guión es obviamente un punto álgido, la interpretación de Nance, quién luego sería una cara habitual en las cintas de Lynch, construye una personalidad plagada de capas, de diferentes intensidades de miradas y de juegos de posición con la cámara, estableciendo un personaje tan perdido como el espectador que consigue calmar a este en su confusión.

Cabeza borradora (Eraserhead)

El sonido, establecido mano a mano entre Alan Splet y David Lynch, es tal vez lo más importante en la película. Es tal su nivel de expresividad que actúa casi como un personaje más. Repleto de mensajes, es un sonido cuidado para navegar entre las siempre similares aguas del terror y la tensión, del suspense y el misterio. Todos estos términos quedan bien definidos y se crean otros, una atmósfera de pavor y un mar de dudas que acompañan y definen al resto de elementos del relato.

Hablando ahora de su historia, a nivel narrativo, podemos establecer dos temáticas claramente presentes y desarrolladas a lo largo de la cinta. La primera sería la paternidad o el miedo a la misma, junto (a modo de trama inferior o de temática secundaria) al rechazo al matrimonio y la complejidad de esta vida marital. La situación en la que se ve envuelto Henry Spencer, con su nuevo hijo de aspecto marciano, llegado de aparentemente ningún lugar, se junta a todos los elementos expresivos para sumir al espectador en su propia angustia.

La forma de narrar esta ansiedad oscila desde el drama y el terror hasta el humor negro. No es casualidad que David Lynch aparezca en varios episodios de la serie Louie. Bueno, tal vez un poco, puesto que no era ni mucho menos la primera opción para el papel. Pero es fácil imaginarse un Louis CK enamorado del humor de Lynch, de esa forma de tratar a un hijo que ocurre en Cabeza borradora y que esto haya podido servir de inspiración para chistes como este.

Por otro lado, la ciudad y los decorados de Cabeza borradora han sido asociados por el director con la ciudad de Filadelfia, Pensilvania. David Lynch estudiaría en la PAFA (Pennsylvania Academy of the Fine Arts) antes de trasladarse a Los Ángeles, y durante ese tiempo aprendería a odiar esa ciudad llena de humo, negra, sucia, industrial, repleta de humildes casas de trabajadores y como el mismo diría "escondida del paso del tiempo".

Por ahora y con estos dos mimbres ya hemos obtenido una de las características del cine de Lynch, que no solo le ha permitido forjar su exitosa carrera y construir uno de los más importantes legados artísticos de nuestros días, sino que además convirtió Cabeza borradora en una perfecta ópera prima, que le permitiese poner un pie en la escena independiente del cine norteamericano. Se trata de una mirada innovadora. Una forma de ver sentimientos o pulsiones universales, como la ansiedad, de forma absolutamente única. Lynch siempre se ha referido, además, a Cabeza borradora como su obra más exacta, aquella que se ha transportado mejor desde su mente hasta la pantalla. "La más auténtica".

Esta mirada, definida como "laberíntica" por algunos, se equipara a otras como lo gótico en Tim Burton o lo excéntrico en Woody Allen. Como estos, Lynch ha sabido definirse en un mar de ofertas cinematográficas, y resultar indispensable para aquellos que consumen y disfrutan su cine. Al ser irremplazable, su importancia es mayúscula, y la virtud de Cabeza borradora es haber conseguido mostrar un avance de la potencialidad del director americano para el público y la industria.


Cabeza borradora hace todavía algo más. Como en el mencionado cine de Woody Allen, donde la personalidad del personaje protagonista se asocia constantemente con la personalidad real del director (a pesar de que el primero pueda no estar interpretado por este ni que la segunda tenga nada que ver con la primera), en el cine de David Lynch hay también un nexo entre su aparente personalidad y la de sus personajes o ambientes. Así, aunque no lo conozcamos, su autoría, llena de reconocibles formas expresivas, nos parece estar haciendo referencia a su mundo interior, a modo de presentación formal. Cabeza borradora y su protagonista, Henry Spencer, forman algo más que una buena película: forman una declaración de intenciones, una presentación del director y una construcción de un personaje a medida, que le servirá tanto para etiquetar sus películas (" vamos a ver una de Lynch" no un drama o un thriller) como sus actuaciones en público, sus charlas, su meditación trascendental, sus peinados, sus entrevistas, y sus excentricidades, sin importar si estas son parte del show o auténticas piezas de su personalidad.

Algunas escenas concretas pueden resultar particularmente complejas en su lectura. Por ejemplo, el sueño en el que aparecen las gomas de borrar que dan nombre a la película. Al parecer, esta imagen representa el anhelo del suicidio. Henry Spencer quiere terminar con su vida al verse encerrado en esta nueva y desagradable situación, y Lynch muestra esta emoción de forma original, asociando su fin a un elemento tan sencillo como las gomas, pero en cualquier caso pertinentemente definitorio.

La cinta tiene mucho de Buñuel y su Angel exterminador, tal vez porque el maestro español haya sabido como ninguno antes juntar a sus personajes en una habitación y definirlos a través de su aislamiento. El desangramiento del bebé marciano es algo digno de maestros de la serie B como Lucio Fulci, auténticos virtuosos del manejo de falsas vísceras y miembros.

Cabeza borradora (Eraserhead)

Cabeza borradora no es una cinta fácil. Se mueve en terrenos en los que el espectador que no esté dispuesto a realizar un salto de fe y confiar en el director y su equipo puede dictaminar, no sin justificación, que le están engañando. Pero innegablemente es una jugada magistral como primera película de un muy inteligente estudiante de cine, es una cautivadora muestra de aire fresco y hoy en día, un nostálgico recuerdo de otro tipo de cine.

Un error no haber visitado la casa de los Spencer antes. Junto a ella, deberé empezar a ver el resto de la obra de este director de mirada baja, tupé cambiante y apasionado de la meditación. Antes tendré, eso si, que renunciar a ese mundo de las explicaciones concretas, de los argumentos resueltos y de los imaginarios interpretables en los que tan cómodo me siento. Abandonaré todo esto sabiendo que tal vez aprenda algo, tal vez me sorprenda, tal vez me enfade, pero seguro no me dejará indiferente.

"If you go after a film [...] so many things come out. So if you know, you do know. For yourself. And what you know is valid."


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Sobre el autor


Srinterrogante 1906 veces
compartido
ver su perfil
ver su blog

El autor no ha compartido todavía su cuenta El autor no ha compartido todavía su cuenta

Revistas